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~Calle~

—Adelantaron la premier y es en dos semanas ¿Tú dime si era urgente?

—¿Cómo? —Pregunte atónita en el instante que dijo eso, —No, no, para eso falta más de mes y medio.

—¿Te das cuenta de lo necesario que era comunicarme contigo? —Volvió a hablar la castaña intentando cambiar de posición.

Para este momento tanto mi mamá como mi hermana habían salido de la habitación y lo había agradecido, estaba alterada por el hecho de que no tenía absolutamente nada preparado.

—¿Cuándo dijeron eso? —Le pregunté intentando tranquilizarme.

—Dos horas más tarde de que te envíe el correo en donde renunciaba —Se rio de lo último que dijo y se quedó mirándome.

—Después de que leí eso te llamé —Mencioné prestando mi atención en ella.

—Sí, y no quise contestarte —Admitió en medio de un suspiro.

—Bueno, eso ya es distinto —Expresé poniéndome de pie, no esperaba que lo dijera tan naturalmente y de alguna manera había hecho que me sintiera extraña.

—Después te citaron por correo y asistí a la reunión explicando que estabas de viaje así que decidieron comunicarme todo a mí; quise llamarte, pero no tuve éxito, en tu correo tienes los reportes y anotaciones además de algunas cotizaciones y contratos que ya firmé para ese día.

La observé desde donde me encontraba, cayendo en cuenta de las notificaciones que tenía en el e-mail que por cierto no había querido revisar.

—Hacen falta pocas cosas, quise tenerlo bajo control hasta que volvieras, pero me desesperé un poco así que decidí venir y luego pasó esto —Finalizó poniendo su mano sobre el vendaje.

Me quedé pensando por algunos segundos, Laurel sin tener la necesidad de seguirme ayudando lo había hecho, incluso tenía gran parte de él cubierto. La volví a mirar y noté que sus ojos estaban encima de mí.

—Te mostraría el avance, pero no tengo idea de donde se quedó la maleta que traía — Una vez más tomó la palabra sentándose sobre la cama, —De todos modos, está en tu correo.

—¿Por qué lo hiciste? — Fue lo único que pude cuestionar caminando hacía la cama para poder estar más cerca de ella.

—Es mi trabajo —Contestó desviando la mirada.

—En ese momento ya no lo era — Insistí intentando buscar sus ojos con los míos.

—Me siento regañada — Posó al fin su mirada en la mía, — Si no querías que lo hiciera está bien, no volverá a suceder, —Ahora sonaba indignada y eso solo había provocado que sonriera.

—No es que no quisiera...

—Un simple gracias es suficiente Daniela —Ahora si estaba molesta, no pude evitar reírme de ella provocando que frunciera el ceño.

—¡Ya no hagas eso! — Le pedí aún con una sonrisa en los labios.

—¿Qué hice? —Preguntó confundida.

—Enojarte conmigo —Pronuncié frunciendo el ceño frente a ella.

—Eres una tonta —Sonrió girando los ojos.

Me volví a reír y esta vez caminé hacia el escritorio, tomé la computadora portátil y la llevé hasta la cama.

—A ver, veamos lo que hiciste —Mi tono fue aún burlón y realmente no podía con la mirada de la castaña en ese momento.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora