Seventy.

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~Calle~

La última semana sin duda no había tenido tiempo de descansar; después del atentado a la casa de mis papás y lo sucedido con Laurel decidí enfocar mi atención en la premier de la serie que protagonizaba Poché junto a Madison.

Por suerte, gracias a mi asistente casi todo estaba resuelto, de no se porque esta semana y la otra tenia que rectificar que nada hiciera falta.

Volamos a Los Ángeles dos días después de que el medico verificara la salud de Laurel, desde ese día me encontraba rentando un loft que serviría para mi estadía en la ciudad.

Hoy tendríamos una cita con el catering contratado que por cierto trabajaba conmigo ya desde hace tiempo; probamos los bocadillos que las personas degustarían durante la premier del primer capitulo de la serie que se llevaría a cabo después de la alfombra roja.

—¡Esto es demasiado bueno! —Expresó Laurel después de beber una copa de vino de sangría.

—¿Entonces, que sirvan de este? —Pregunté bebiendo un sorbo a la copa, de verdad era bueno.

—No lo sé, tú eres la que decide —Contestó poniendo la copa sobre la mesa, —Aunque creo que este y el de allá podrían ser buenos.

—De acuerdo, serán estos dos y los que ya habíamos acordado —Dije directamente a la chica que nos estaba ofreciendo las pruebas.

—Hoy estas de buenas —Comentó Laurel cuando nos quedamos a solas, la mujer se había retirado para mostrarnos su catálogo de decoración de la comida.

—Hoy me siento bien —Dije mirando a la castaña.

—Me gusta que te sientas así —Sonrió para después sacar el móvil y revisar lo que teníamos por hacer después de esa reunión.

— Tengo que admitir que has sido muy paciente conmigo.

—Ni lo menciones, ya me acostumbre a tu mal humor por eso es que se me hace raro que andes tan sonriente —Volvió a decir sin dejar de formar esa curva con sus labios dejando a relucir sus dientes.

—Tal vez si tú dejaras de sonreír yo podría dejar de sonreír —Hablé sin pensar en lo que decía o en lo que podría provocar con eso.

—Te odio Daniela —Dijo desviando su mirada mientras sonreía incluso más que unos segundos antes.

Me reí antes su reacción viendo como la chica del catering regresaba.

Después de uno hora más nos desocupamos, fuimos hacia el auto acordando en el camino a este salir a algún lugar para despejar nuestra mente de todo el trabajo que habíamos tenido en la ultima semana.

—¿Aún no se sabe nada sobre quién intentó entrar a tu casa? —Cuestionó Laurel bajando un poco el volumen a la música que estábamos escuchando en el auto.

—No, mi papá ya puso a personas especializadas investigando del tema pero no hay como rastro, ¿Sabes?

—Es extraño, ni siquiera se llevaron nada mío y si les estorbe pudieron matarme, pero no lo hicieron —Habló dirigiendo su mirada a la avenida.

—No menciones eso, de por si con lo que pasó tuve suficiente —Me quejé de su comentario subiendo el volumen de la música.

Alrededor de las siete de la noche llegamos a un lugar denominado "Seventy", un bar para nada decente a primera vista, según Laurel no era lo que parecía pero a mi se me hacía extraño a los lugares a los que usualmente asistía.

—Quita esa cara, ya se que estas acostumbrada a lugares más elegantes —Mencionó mi acompañante abriendo la puerta del auto para bajar de el, —Tienes que ver el interior.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora