Capítulo 5

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Después de....comer....no no....después de tragar, si, tragar, por que eso era lo que había hecho. No había probado tanta y exquisita comida en mucho tiempo.

Debido a la forma en la que comía, (tampoco como animal) Demián decidió que mejor habláramos después de comer, así que aquí estábamos, en su sala viendo quién comenzaba primero.

Cuando Demián estaba dispuesto a hacerlo un voz sonó.

-¿As?. -Me paré y fui hacia el cuarto donde un adormilado Abel se restregaba un ojo.

-Abel. -La voz de Astrid hizo despertar por completo a Abel.

Miró a todos lados y por obvias razones se asusto. Lo único que recordaba era que estaban en el hospital pelando con unas personas que querían separarlos de mi.

-¡Astrid!. -El niño se lanzó a sus brazos y yo lo recibí con todo el gusto. -¿Don...Donde estamos?. ¿Qué hacemos aquí?.

Me separé de él y lo mire a los ojos.

-Tenemos que hablar Abel. Y tranquilo, que serán unas buenas noticias.

Abel aún confundido me hizo caso, tomo mi mano y lo guíe a la sala donde se hallaba un neutro Demián.

-Demián. -El niño dijo al ver bien el rostro de nuestro salvador. Demián abrió los ojos como platos. Se levantó y camino hacia nosotros

-Vaya, recuerdas mi nombre, eres un niño muy inteligente. -Demián sacudió el cabello de Abel con ternura. -Dime Abel, ¿Quieres darte un baño?.

Los ojos de Abel se abrieron con emoción, rápidamente me miro para pedirme permiso con la mirada. Obviamente asentí feliz, Abel soltó mi mano y me abrazó.

-¡Vamos Demián, vamos!. -Demián río al ver como Abel tomo su mano para jalarlo hacia donde se le ocurriera, curiosamente, regresaba hacia el pasillo.

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Abel en cuanto regreso se veía más que extasiado, y limpio.

Me recargué en el brazo del sillón con las piernas abiertas ya que Abel se sentó entre ellas.

-¿Que sucede As?. ¿Qué hacemos aquí?. -Preguntó Abel nervioso.

Miró a Demián e intercambiamos miradas.

-Se que eres un chico muy inteligente así que no te ocultaremos las cosas. -Dijo Demián suspirando. -¿Si te dijera que hay una posibilidad de que los tres salgan de las calles sin que se separen, que dirías?.

Abel jadeó de la impresión pero por unos momentos no dijo nada. Sabía que estaba emocionado ante la idea de tener un techo en el cual dormir, comida caliente y cobijas, era una idea tentadora.

-¿Es... Es enserio?. ¿Podremos salir de las calles?. ¿Ya no pasaremos hambre?. ¿Por fin se acabó la angustia As?. -Abel se volteó para verme, sus mejillas estaban bañadas de Lágrimas. Eleve mis manos a sus mejillas y con mucha suavidad las retire.

-Si Ab, por fin no habrá más dolor, más hambre o angustia. -Ella no podía creerlo, por fin estarían tranquilos, sin pasar hambre pero sobre todo, seguirían juntos.

-También hay otra cosa que debes saber. -Abel dejo de verme y miró a Demián. -Mis padres, siempre han sido unas espléndidas personas y....

-¿Qué tienen que ver ellos?. -Interrumpió Abel a Demián.

-Hey. -Me di un suave golpe en la mano a Abel. -¿Qué te he dicho de interrumpir a las personas cuando están hablando?. -Le dije en susurro pero Demián me alcanzó a escuchar.

Inefable © | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora