Capítulo 9

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La duda estaba en mi mente y no sabía que decir. Por una parte me sentía muy feliz cuando estaba con Demián y el saber que el quería intentarlo conmigo me emociona demaciado. La tranquilidad y la felicidad que siento a su lado, me hace dudar. El dijo siento, el aún siente algo por Dalia.

¿Si digo que si y el destino decide que ella regrese, que pasará?.

¿Debería decir que si, o debería pensarlo con más claridad?. Tal vez si me lo propongo, pueda llegar a quererme como yo lo quiero a él y podría dejar de amar a Dalia pero, ¿Es posible?.

—¿Astrid?.

La voz de Demián me llama y lo miro a los ojos, este nervioso, lo sé por la ligera capa de sudor en su frente, está impaciente por mi respuesta.

—Yo....Si. -No dudo en responder. -Si quiero intentarlo contigo.

Demián suelta el aire dramáticamente y yo me río.

—Dios, estabas callada y mirando a la nada que pensé que me dirías que no. He sentido pánico al pensar que me ibas a rechazar. -Me encongí de hombros y le sonreí.

—Perdón. -El niega y sube sus manos de mi cintura a mis mejillas, tira levemente de mi y me paro de nuevo un poco de puntillas para besarlo.

Si, definitivamente ha sido la mejor decisión de mi vida.

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Me encontraba recargada en el pecho de Demián mientras que el tenía su brazo en mis hombros. Veíamos la película de los juegos del hambre, la verdad nunca había visto una película tan llena de maldad, Demián de vez en cuando se reía de mis expresiones dramáticas mientras comía palomitas.

—Cariño es solo una película no tienes porque reaccionar así. -Suelta una leve risita y yo solo dejo de prestar atención a la película para verlo a los ojos.

—¿Cariño?. -Le pregunto y puedo ver que sus mejillas están rojas, ¡Lo hacen ver muy lindo!.

—Yo eh... Lo siento, ha salido sin querer y... -Pongo mi dedo encima de sus labios.

—Shh....No me disgusta, al contrario. Me siento tan feliz al escuchar ese apodo tan lindo. Mucho tiempo el único que me llamaba así era Thomas, pero, de una manera....

—Fraternal.... -Completó Demián y asentí.

El tomo mi dedo y lo encerró en su mano para después tomar bien mi mano y darle un beso. Mi rostro me ardía al ver aquella acción.

—Ya no necesitas pensar en todo eso cariño. -Sonreí ampliamente. -Me encargaré de llamarte por todo tipo de apodos, hermosa, nena, cariño, amor, chaparra, As, tal vez no sean los mejores pero ten por seguro que los diré de corazón. Apenas iniciamos está relación pero, créeme que no me he sentido tan feliz desde hace un tiempo....

Con Dalia... -Pensé inconscientemente.

—... Y tú me has devuelto esa felicidad en tan poco tiempo, eres alguien muy especial Astrid. -Soltó mi mano para ponerla en mi mejilla y acariciarla suavemente.

—Tu eres la felicidad que nunca tuve... -Susurré y el sonrió ampliamente. Se acercó y posó sus labios sobre los míos, no duró mucho ya que la puerta sonó.

El se separó de mi y me miro a los ojos. Dios, esos ojos que tanto me gustan....

—Ahora vuelvo. -Asentí y se acercó para darme un beso en la nariz lo que me hizo reír embobada.

Seguí viendo la película hasta que Demián se acercó pero no se sentó.

—Demián. ¿Que sucede?. -Fruncí mi seño. El traía una expresión neutra y algo nervioso.

—No es nada malo así que no te alteres. -Asentí a mi lado y tomo el toper de palomitas para colocarlo en la mesa y ahora sí tomar mis manos entre las suya. -Recuerdas que me habías hablado de tu hermano Edgar. -Yo asentí aún sin comprender. -Bueno...eh...pues, me tomé la libertad de contratar a alguien para encontrarlo. -Abrí mis ojos como platos. Demián lucía cada vez más nervioso. -Y lo hicieron, Astrid encontraron a tu hermano.

Me levanté de golpe y el también lo hizo, sin esperar me lance hacia el y el me abrazó.

—Gracias gracias gracias gracias gracias gracias.... -Le dije ya llorando en su pecho. -No sabes lo mucho que significa esto para mí Demián.

Me separó de el y me miro a los ojos.

—¿Te gustaría verlo?. -Yo asentí frenética. -Entonces ve a la puerta.

—¿Que?...Po -Entonces reaccioné. -El esta....

Asintió feliz.

Sin esperarlo más, corrí a la puerta la cual se encontraba emparejada. La abrí y ví a un chico de cabello negro como la noche, ojos color miel y con apariencia tranquila volteo. Estaba recargado a un lado de ella puerta

—¿Edgar?. -Como pude dije su nombre. El frunció su seño y saco sus manos de sus bolsillos.

—¿Quién eres tú?. -Las lágrimas no dejaban de salir, lleve mis manos a mi boca para tapar mi sollozo. Era obvio que no me recordaría, han pasado.....mucho tiempo.

—Astrid..... -El al principio no entendía,  pero fue cuestión de segundos cuando el abrió como platos sus ojos y de estos empezaron a salir lágrimas.

—¿As...Astrid?. ¿En...en....en verdad eres t...tu?. -Yo asentí y el se lanzó a abrazarme, obviamente le devolví el abrazó. -¡Dios mío!. ¡Astrid!. ¡No sabes cuánto tiempo sufrí!. Aquel día que llegue a casa ya no estabas, ¿Porqué te fuiste?. Eras solo una niña. ¡¿Dime porqué?!.

El me separó de sus brazos y yo fruncí mi ceño. Se veía molesto y confundido.

Solté el aire, esto sería difícil.

—Ven, pasa, tenemos mucho que hablar.

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Lo siento se que este capítulo es corto, los recomendaré con el siguiente. Si tengo tiempo, lo publicó hoy mismo 😌❤😅

Gracias a las pocas personas que leen mi historia pero principalmente a -TheYoongiCorner- por sus votos y comentarios. Gracias. ❤😌

Saludos desde el Estado de México ✨

Inefable © | CompletaWhere stories live. Discover now