Capítulo 10

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El departamento se encontraba en absoluto silencio. Los tres estábamos sentados en el comedor, Demián a mi lado y mi hermano frente a mi.

—¿Vas a decirme que ocurrió?. -Ed fue el primero en hablar, estaba molesto pero su voz decía otra cosa. Suspiré, sabía que habría la posibilidad de que no me creyera pero no diría mentiras.

—Recuerdo que yo había regresado de la escuela e inusualmente papá y mamá no estaban peleando, no hice caso y fui a mi habitación después de ir a la tuya y percatarme de que no estabas....

—Estaba en casa de Tyler.... -Susurro Ed.

—Supuse eso, así que mientras llegabas haría mis quehaceres para no molestar a mis papás. Entonces, des pues de un rato, ellos entraron a mi habitación tranquilos.

Te tienes que ir.... -Había dicho mamá.

—Obviamente yo entendía a que se refería pero, ¿Porqué?. ¿Porque querían que me fuera?.

Te tienes que ir Astrid, creímos que podíamos cuidarte pero, el dinero no alcanza, solo....para tres personas .

—Discutí con ellos y al final terminaron por correrme de casa. -Me encongí de hombros para evitar llorar. Demián coloco su mano sobre las mías  que permanecían en la mesa cruzadas. Un gesto que no pasó desapercibido para Ed.

—No..... E.... Ellos me dijeron que te fuiste. Qué habías tomado algunas cosas tuyas y que te habías marchado. -Negué con la cabeza y lágrimas cayendo por mis mejillas. -¡Ellos pasaron meses buscándote yo lo ví!.

Ed se puso de pie de golpe.

—Oye, cálmate. Estas asustando a Astrid. -Dijo Demián. Era verdad, nunca me ha gustado exaltarme o que otra persona lo haga, me pone nerviosa.

Ed inhaló aire y volvió a sentarse.

—¿Porqué?. ¿Porqué te echarían?. Solo eras una niña. -Recargó sus codos en la mesa y su cabeza en sus manos, lo escuché sorber la nariz.

Me pare ante la mirada fija de Demián. Camine hacia Ed y toque su hombro, el levanto su cabeza, sus ojos rojos por llorar y sus mejillas mojadas de lágrimas.

—No quiero que odies a tus padres por algo que pasó. Quiero que olvides todo eso y te concentres en que ahora estamos juntos. Hermano... -Lo último lo susurré.

Ed se volteó sin levantarse y me abrazó. Su cabeza quedó en estómago y yo lloraba a mares al igual que el. Me abraza tan fuerte que me provocaba un poco de dolor. Yo abrazaba su cabeza y le da a besos. Escuchaba los sollozos de Ed y los míos.

Estuvimos un rato abrazados y tratando de tranquilizarnos.

La relación que teníamos Ed y yo era de mejores amigos, nos contábamos todo, el siempre me protegía de algunos niños que me molestaba en la escuela. Siempre me mimaba, veía por mi cuaderno do mis padres me regañaba e incluso cuando me querían pegar. Siempre fue mi compañero, amigo, hermano, mi familia. Mi única familia. Los años en los que viví en la calle, fueron lo más duros que una persona pueda vivir, es frustrante, es miedo y pánico puro. No sabes cuándo  un loco o borracho se va a meter en el callejón y hacerte alguna desgracia, vivir cuidando tu espalda y la de dos inocentes no es fácil. Darles de comer incluso si eso significa que tú no lo hagas por uno, dos o incluso una semana completa.

Ed se separó de mi y limpio sus mejillas con sus manos al igual que yo. Miró hacia arriba y sonrió, le devolví la sonrisa.

—Dios, mejor me voy. Me van a hacer llorar. -Demián se paró y se fue a la habitación. Mientras de iba veía como limpiaba sus ojos. Ed y yo nos vimos a los ojos y reímos.

Inefable © | CompletaWhere stories live. Discover now