Capítulo 13

742 54 0
                                    

Al día siguiente, la mañana paso de lo más tranquila, no desperté por las discusiones entre Demián y Edgar.

Hoy tenía curso con el señor Alberto, llegaría a la una de la tarde. Demián hace unos minutos que se fue al trabajo y yo, limpiaba la cocina donde él había hecho de desayunar llevando la comida a la cama para desayunar juntos. Un gesto muy lindo de el.

Después de desayunar hablamos sobre lo que sucedió la noche pasada. Le dije como me sentía, como me siento y lo que decidí.

—Tal vez tu hermano hizo mal ayer pero, no puedes decidir por los demás As, si el decide no estar a tu lado tendrá que decírtelo de frente pero, si él quiere estar contigo no puedes negarte eso, fueron nueve años en los que el no supo de tu paradero, no le niegues de nuevo de verte.

Me había dicho Demián. También saque a relucir el tema de su hermana. Me dijo que cuando se fue ex de Demián, ella comenzó a comportarse distante con el . Después de todo, era la mejor amiga de Dalia.

Es por eso que le extrañó el hecho de que ella lo buscará y más su actitud.

Si yo estuviera en la situación de Lissa, hablaría con mi hermano antes de hacer algo porque yo no sé lo que realmente paso, y obviamente no soy nadie para criticar o juzgar a los demás.

Estaba limpiando el contorno de la televisión cuando el timbre sonó. Fruncí mi seño, será el señor "P"?.

Dejé el trapo en la mesa y camine hacia la entrada, abrí y ahí se encontraba una molesta Lissa. Ella pasó sin decir nada, solté un suspiro y negué con mi cabeza.

—¿Qué sucede Lissa?. -Cerré la puerta y regresé a la sala para terminar de limpiar.

—¿Sabes que te investigué?. -Mi cuerpo se tensó ante su pregunta/afirmación. No me gustaba hablar de lo que viví años pasados. Me encongí de hombros.

—Todo lo que me ha pasado Demián lo sabe. No tengo nada que ocultar.

Ella no dijo nada por unos segundos, debió pensar que le escondía quien era. ¿Donde quedó la chica feliz de ayer?.

—Cuando Dalia se fue, no me dijo nada, ni a Demián ni a mí, así que supuse que el había tenido algo que ver y aún cuándo se que el no tuvo la culpa, no sé cómo mirarlo a la cara sin sentir yo culpa de todo lo que le dije e hice.-Entonces me detuve y la voltee a ver.

—Lisa.....

—Realmente eso ya no importa ahora puesto que mi mejor amiga se fue dejando a mi hermano al borde de la depresión y....llegaste tú para guiar su camino.

Ella suspiró.

—Te....agradezco tus palabras Lisa. Y aunque sé, que tanto el como yo tenemos un largo camino por recorrer, no quita el hecho de que lo quiero.

Ella sonrió complacida.

—Lo sé Astrid, creo que en verdad eres la indicada. De paso, venía a decirte que siento mucho haber provocado la discusión de ayer con tu hermano, es un buen chico pero....no es mi tipo.

Le sonreí.

—No te preocupes, estoy acostumbrada a que la gente que amo se marche. -Me encongí de hombros tratando de parecer desinteresada pero la mirada triste que me dió Lisa me hizo flaquear un poco.

—Sabes que desde ahora contarás conmigo para lo que necesites, ¿De acuerdo?.

Asentí mientras me despedía. En poco tiempo Lisa se fue del departamento.

Posteriormente, seguí limpiando con un poco más de velocidad, el Profesor no tardaría en venir.

Cuando dió la una y diez, el timbre sonó de nuevo solo que esta vez, si era el profesor.

Inefable © | CompletaWhere stories live. Discover now