Capítulo 7: Rendición

1.4K 122 29
                                    

Chanyeol pestañeó al oír el estruendo en el supermercado, aún reticente a soltar el cálido cuerpo al que se encontraba abrazado... SUPERMERCADO, la palabra resonó en su mente, mientras miraba el enrojecido rostro del bajito, ¡mierda!, no era cualquier bajito, era BAEKHYUN, maldición, se estaba volviendo loco, dos minutos más y lo hubiera desnudado en el suelo del pasillo del supermercado, ¿pero que demonios le pasaba?¿Por qué no lo detenía? ¿Y por qué él tenía que caer bajo el embrujo de esos ojos miel que lo miraban con cara de cervatillo asustado, o de esos labios preciosos que incitaban a besar... Joder, ya lo estaba haciendo de nuevo, tragó saliva con dificultad y desvió la vista de los enrojecidos labios del rubio.

-Perdóname.

Tenía que salir de ahí, necesitaba aire, necesitaba huir, alejarse del bajito, de su calor, de su cuerpo, de su dulce olor, necesitaba pensar, no, necesitaba un psiquiatra ¿Qué le iba a decir ahora? ¿Qué en Seúl el chocolate se toma así?

Baekhyun apenas se atrevía a mirar al alto, ¿qué le pasaba? Aún podía sentir el calor abrasándolo por debajo de la piel, recorriendo cada poro de su cuerpo, cada vena, sentía un sorprendente agradable cosquilleo en los labios y notaba el rubor de su rostro, eso no estaba bien, él le había pedido perdón, pero... el rubio no había sido mucho mejor, no había mucho por separarse de él, más bien todo lo contrario, sólo ansiaba pegarse más al delgado cuerpo, sentir de nuevo la fuerza del chico mientras lo pegaba a sus formas, ¡Dios mío!¿Qué estaba diciendo?¿Acaso quería que Chanyeol lo besara? Eso era imposible, era... Chanyeol, Park Chanyeol el repelente, el sabelotodo, el amargado, y por supuesto el Chanyeol creído, él que lo miraba siempre por encima del hombro...cuando lo miraba...

Tomó fuerza y aire y levantó la vista, si el alto lo sentía, él más. Él era Byun Baekhyun, y no iba a dejar que ni Chanyeol ni ninguna otra persona lo besara y luego se arrepintiera de ello mientras él temblaba de pasión, no señor.

Frunció débilmente el ceño al fijarse en el rostro del alto, estaba ligeramente rojo, quizás más tirando a un rosa fuerte, estaba ligeramente rojo, quizás más tirando a un rosa fuerte, evitaba mirarlo fijando la vista en un están de pañales, y a menos que tuviera incontinencia por las noches no los necesitaba, simplemente no quería mirarlo, su pecho subía y bajaba con fuerza, y las aletas de su nariz se abrían con violencia mientras sus cejas permanecían juntas...¡ESTABA ENFADADO! ¡JA! era increíble, era él quien lo había besado, debía ser él el ultrajado, el enfadado, maldición, apretó los puños con fuerza clavándose las uñas. ¡Idiota!

Tranquilo Baekhyun, arrancarle el poco pelo enmarañado que le quedaba no soluciona nada, y no vas a perder tu glamour en un supermercado, pero ¡oh señor!, qué feliz sería, ahora entendía a Luhan cuando hablaba de exterminación...

Chanyeol frunció los labios en una mueca de desagrado ¿Qué le pasaba? ¿Es qué no pensaba decir nada? Desvió la mirada hacia la pequeña criatura angelical que tenía frente a él. Sus cejas se alzaron ante la sorpresa ¿Angelical? Mas bien parecía un demonio vengador, sus ojos fríos lo asesinaban de mil maneras diferentes, tenía el cuerpo en tensión y una ceja un poco más elevada que la otra, la madre que...parecía que lo iba a pegar...¿tan malo había sido el beso? Un rastro de orgullo salió al rescate, no, claro que no, el beso había sido... perfecto, demasiado perfecto, entonces ¿por qué...?

-Lo mejor es que termines de comprar tú solo, nos veremos en clase.

Si lo hubiera golpeado no le hubiera dolido tanto, se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en plena cara, puede que eso era lo que mereciera, después de todo estaba apretando el carro de la compra con el que lo había plantado solo para impedir que su cuerpo fuera tras el rubio.

                                                      ----------------------------------------------

Luhan contuvo el aliento, llevaba dos minutos sin respirar y pronto entraría en el estado de muerte cerebral, ¿Cómo podía tener tan mala suerte? Tenía ganas de llorar al ver la escena, todo el supermercado los miraba y trataba de ayudarlos, bueno sobre todo a la pobre mujer que había empujado, porque le estaba costando bastante levantarse del suelo...

¡Como odio Amarte!Where stories live. Discover now