¡Como odio Amarte!

Capítulo 11: ¿Enamorado...?

Aún no estaba despierto, se había pasado todo el sábado por la noche y el domingo ensayando, Chanyeol torció el cuello y este crujió levemente, tenía que descansar más, lo bueno es que había sacado un par de canciones bastante buenas, una débil sonrisa se cruzó en su rostro quizás debería agradecérselo al rubio, no, más bien debería agradecerle la contractura en el cuello, maldición, ¿qué hacía pensando en él? El muy idiota..., menos mal que no lo vería en clase, seguro que aun andaba "enfermo" para asistir al colegio, claro que para salir con imbéciles parecía estar perfectamente, quizás aun le quedara algo de vergüenza y por eso no iba, en cualquier caso se lo agradecía...

El peliplata llegó frente a la puerta de la clase y miró su reloj de pulsera mientras se sacaba los cascos de los oídos, bueno tampoco era tan tarde, media hora no era demasiado, llamó a la puerta y no esperó contestación para abrirla, bajó la cabeza en señal de un arrepentimiento que no sentía, pero que e consideraba necesario para el profesor.

-Adelante Park, y la próxima vez intente llegar antes.

Chanyeol asintió sin mucho convencimiento y levantó la vista para dirigirse a su asiento.

Sus ojos quedaron fijos en la primera fila, allí estaba él, como recién salido de una peluquería o una revista juvenil, lo miraba sonriente con su hortera bolígrafo rosa entre los dedos...

-Park...

La voz del maestro lo sacó de su ensoñación aun que no se movió, ¿Y por qué aparecía ahora?

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Su enfado cada vez iba a más, no podía explicarse por qué, y eso también lo enfadaba, pero desde que había entrado en aquella clase no había podido apartar los ojos del rubio, maldita sea, miró alrededor como siempre comprobando que Dara no se encontrara revoloteando a su alrededor, lo que menos necesitaba ahora era una fémina colgada de su hombro...

-Hey

Chanyeol abrió los ojos con sorpresa y se volvió a notar un golpecito en la espalda, por un momento su corazón se paró, pero volvió a un ritmo normal y una cierta desilusión, mal disimulada, cuando vio unos ojos negros mirarlo con cierta preocupación. Genial, su ira desapareció, puede que llevara una mala mañana, o una mala semana en la que apenas dormía, joder era el peor comienzo de curso de su vida, pero si su hermana lo necesitaba, y por esa mirada, lo necesitaba, todo aquello pasaba a un segundo plano, suspiró y le dejó un hueco en el banco de piedra en el que se encontraba sentado.

-¿Qué pasa?

Joy frunció el ceño intentando pensar cómo explicarse, sin esfuerzo se sentó hacia atrás, y bajó la mirada y los hombros.

-No entiendo a los hombres.

Chanyeol sonrió, y sacudió la cabeza para evitar reírse, fuera lo que fuera parecía tener muy preocupado a Joy.

-¿No debería ser al revés?... pero bueno sí, yo tampoco.

Joy lo miró sin comprender.

-Tú escribes canciones- Chanyeol la miró intrigado, por algún motivo que se le escapaba su hermana parecía pensar que eso era una solución a su problema- Bueno ya sabes una vez me dijiste que el éxito consistía en escribir canciones sobre los sentimientos que tiene la gente.

Chanyeol asintió, recordaba esa conversación.

-¿Y?

-Los chicos son gentes.

Chanyeol volvió a sonreír.

-Bueno la verdad es que siempre he pensado que los sentimientos- miró a su hermana a los ojos- el amor, el odio, la pena, la rabia... son iguales entre mujeres y hombres, no hay diferencia, ahora bien, cada uno actúa de manera diferente- Joy lo miró sin entender, Chanyeol suspiró pensativo- Por ejemplo, cuando se separaron mamá y papá, ella lloró mucho, papá sin embargo se volcó en su trabajo... estoy seguro que los dos sufrieron pero cada uno lo hizo a su manera.