19

1.2K 114 2
                                    

Cuando abrí mis ojos mi cabeza volvía doler con mucha fuerza. Me había despertado confundida y mareada. Lo último que recordaba era a mis amigos diciéndome todo... y luego también recordándolo todo.

Finalmente, luego de tantas retenciones de emociones en mi cuerpo, corrí al baño para vaciar mi estómago de forma de vómito.

No podía más. Me sentía fatal, y en aquel momento recordar todo lo que había hecho durante mi mes de ausencia parecía empeorarlo todo.

Me dejé caer al frío suelo abrazando el sanitario como si se tratara de una cubeta vacía. Por suerte estaba en mi casa y no en el colegio.

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos con violencia, bordeando todo mi rostro hasta arremolinarse en mi mentón y mojando todo a su paso.

Ahora veía con claridad que en realidad todo lo que yo veía no era así. Que él no caminaba por los pasillos llevándose el mundo por delante, que no había miles de chicas derritiéndose al verlo, que no había frenado aquella pelea de matones, sino que él mismo había sido la victima allí; que no había aconsejado a nadie. Que las flores que enviaban a casa no eran para mamá, eran para mí y con inscripciones de "recupérate". Simplemente había sido capaz de destacar sus buenas cualidades incluso si nada de eso fuera cierto.

Pero, ¿yo lo amaba en verdad? ¿Había sido capaz de sentir amor verdadero por él?

En realidad lo odiaba. Desde el primer día en que comencé a juntarme con mis amigas y desde que fui parte de las porristas él se había vuelto un insecto apestoso para nosotras. Él no estaba a mi altura, no podía estar con alguien como él. O al menos era así como me lo habían hecho ver desde hacía años. ¿Cómo un nerd escuálido como él podía estar con alguien como yo con un envidiable cuerpo como el mío? Eso era lo siempre me decían. Y yo los había escuchado al pie de la letra, me habían envenado.

Era extraño saber que hacía menos de dos semanas pensaba todo lo contrario. Que lo veía como el chico más lindo del universo, como el más inteligente, interesante y encantador de todo el colegio. Y que me sentía poco a su lado.

¿Qué debía pensar ahora? ¿Cómo debía sentirme al respecto?

Era como si tuviera dos personalidades metidas dentro de mi cuerpo, una donde él era el mismo insecto rarito de siempre y otra donde lo idolatraba justamente por su extraña manera de ser.

Aunque en realidad sabía que simplemente no quería ver la verdad. 

Él y su imperfecta perfecciónWhere stories live. Discover now