Capítulo 17:

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Suspiré cansada y apagué el motor del auto. La segunda semana de adaptación en mi nuevo empleo acababa de terminar y estaba más que agotada. La semana entrante comienza el verdadero trabajo.

Cerré con el control remoto el garaje y me dirigí a la puerta de entrada. Iba distraída buscando las llaves en el bolso. Levanto la vista y me encuentro a Harry sentado en las escalinatas anteriores a la puerta.

Tenía los ojos rojos y la mirada perdida.

Estaba...¿ebrio?

Como yo aún no le dirigía la palabra, lo miré de reojo y pasé al lado de él para luego abrir la puerta. Estaba por dar un paso adelante cuando me maldecí internamente. Apreté mis labios, me di la vuelta y bajé las escalinatas. Me puse de cuclillas a su lado y lo observé durante varios segundos.

-Harry- murmuré pero él no me miró. Tal vez seguía enojado conmigo también.-¿Estás bien?

Él me miró y solo hizo eso. Ningún otro gesto. Solo se quedó observándome con sus ojos esmeraldas que yo siempre quise. Finalmente negó con la cabeza y, luego de un gran suspiro, apoyó su cabeza en sus manos.

-Vamos adentro, hace frío- me paré esperando que él hiciera lo mismo. Pero no- Venga Harry- murmuré y lo ayudé a pararse. Pasé su hombro por arriba del mío e hice fuerza para levantarlo.- Pesas demasiado- me quejé por el gran esfuerzo que estaba haciendo.

Mierda, nunca había visto a Harry en este estado. Hasta me preocupaba. Él siempre había sido cauteloso en ese sentido. Incluso cuando teníamos yo tenía quince y él dieciséis, nos colábamos en pequeñas fiestas y yo siempre terminaba algo ebria, por lo que Harry siempre se enojaba y juraba nunca más salir conmigo. Digamos que siembre estuvo en contra de la ebriedad.

Pero si ahora estaba borracho era por algo. Uno nunca se emborracha solo por diversión. Solamente con amigos, y los chicos no parecían estar por aquí.

Lo ayudé a acostarse en el sillón más grande y lo cubrí con una manta. Puse su cabeza en mi regazo y me dediqué a acariciar su cabello. Dios, lo amaba tanto. Por un momento todo el enojo que tenía se había esfumado. Lo observé y él tenía los ojos cerrados.

-Buenas noches- dije besando su frente y parándome.

Tomé mi bolso y caminé unos metros hasta la escalera. Hasta que una voz me detuvo.

-Thea- Me dí la vuelta y Harry se había puesto de pie y caminado hacia mí.

-¿Que sucede?- arrugué la nariz acercándome a él.

Harry, de golpe, se lanza sobre mí y me abraza.

Lo tuve que sostener para que no se cayera encima mío, ya que a duras penas podía mantenerse.

Juro que no entendía nada. Le correspondí el abrazo y luego lo miré confundida. Harry me miraba con una profunda tristeza.

-No te vayas- susurró con un hilo de voz.

-Solo me voy a dormir- dije confundida y señalando las escaleras atrás mío.

-No te vayas de la casa- soltó un pequeño sollozo.- Quédate conmigo.

Mi corazón se ablandó de la ternura. Tenía los ojos vidriosos y a mí se me llenaron de lágrimas ante la declaración de mi primo.

-Eres una parte de mí, Thea, y no quiero perderte de nuevo- nunca paró de mirarme a los ojos.- No te vayas.

-Oh Harry- hundí mi cara en su pecho al borde del llanto. Él, con su altura suficiente, colocó su barbilla en mi cabeza.- No me iré a ningún lado.

Let Me Fix You (n.h)Onde histórias criam vida. Descubra agora