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—Esperen —detuve al paramédico que intentaba arrebatarle el cubrebocas a Grecia—. No lo hagan. Ella no lo querría así.

—Debemos hacerlo, necesitamos ponerle la mascarilla de oxígeno ahora mismo —respondió un paramédico.

Y sin más. Lo hicieron y me dejaron ver su rostro por primera vez.

•••

Me prohibieron la entrada al lugar donde la llevarían. Mi única opción fue dirigirme a la sala de espera.

Aún continuaba en completo shock. No podía con la impresión. Simplemente no lograba asimilar todo lo que había pasado.

Tomo lugar en uno de los asientos de la sala y me llevo las manos al rostro escondiendo las lágrimas que comenzaba a soltar. Lloraba, realmente estaba llorando al punto de soltar sollozos.

No sabía si mis lágrimas eran de alegría, de tristeza, rabia o preocupación pero realmente estaba llorando como nunca lo había hecho.

Quitaron aquel cubrebocas de su rostro que yo le obsequié hace unos días y lo que había detrás me dejó helado.

«No podía ser cierto». Me susurré para mí mismo en ese instante.

Debía ser algún tipo de broma.

—Necesitamos que una persona venga con nosotros en la ambulancia.

—Iré yo —dije sin pensarlo dos veces.

La subieron a la ambulancia y yo tras de ella. Me senté a un lado de uno de los paramédicos que le atendían y le observé el rostro con más detalle y fue cuando todo tuvo sentido. Aquel momento no había sido un sueño.

Recuerdo que una noche mientras salía del club donde era mi costumbre ir frecuentemente. Compré un americano, debía despertar pues me esperaba una larga noche de trabajo y en mi estado de ebriedad no lograría nada. Recuerdo caminar entre las personas con dificultad, debido a que sentía mis extremidades cansadas. Debía llegar al estudio y fue cuando choque con aquella pequeña figura que me hizo pensar en ella.

Incluso el aroma que desprendía en ese momento me resultó tan similar y observé a su rostro con espanto, las grotescas marcas de sus quemaduras me dejaron ver lo mucho que debió sufrir y cierto odio me invadió al recordar el dolor que me había provocado.

La rechacé y ofendí pensando era sólo un simple sueño pero la realidad era diferente. Ella realmente había chocado conmigo esa noche, realmente había observado su actual rostro y realmente la rechacé esa noche. Me comporté como un cretino con ella ese día. Y realmente me sentía fatal por ello, ahora entiendo porque motivo ella escondía su rostro siempre de mí, el porque me rechazaba. Ella me odiaba. Fingía no conocerme y yo jamás noté quién era realmente ella.

Fuí un completo estúpido.

—Yoongi —habla Hoseok sentándose a mi lado. Él había venido detrás de la ambulancia en cuanto le dije que lo haga. Hoseok siempre siendo un fiel amigo—. ¿Qué sucede?

—Es ella —hablé entre sollozos observándole—. Es ella. Maldita sea, todo este tiempo fue ella.

—Tranquilízate —dijo Hoseok—. ¿Qué pasa?

—Ella nunca fue Grecia, jamás existió Grecia. La chica que acaba de pedir mi ayuda con desesperación era más ni menos que Dulce —hablé con un tono de enfado—. Era Dulce y siempre me lo ocultó, fui un completo estúpido al no darme cuenta.

—No es tu culpa. No debes de sentirte así.

—Fue mi maldita culpa, Hoseok. Jamás creí fuera ella, para mí ella... —pausé y observé el suelo— para mí ella estaba muerta.

—¿Estás realmente seguro que era ella? —me cuestionó una vez más.

—Lo estoy. Aquella mujer que ahora se encuentra entre la vida y la muerte una vez más, es Dulce —colocó mis brazos sobre mis piernas y cubro mi rostro creando una posición que transmitía desesperación—. Y nuevamente no pude hacer nada para evitar otra tragedia.

•••

Hoseok había ido por un café para mí. Yo me encontraba realmente nervioso y tenso. No sabía noticias de ella aún. ¿Tan grave ha sido la herida?

Mi móvil comienza a sonar y me alarmo por la sorpresa. Observo la pantalla y decido ignorar la llamada. Vuelven a insistir y resultaba ser la misma persona.

Nancy.

—No jodas —rechacé la llamada y me dirigí a opciones para bloquear sus llamadas por un buen tiempo. Ella no sabría dónde estoy ahora.

—Toma —dijo Hoseok ofreciéndome un café.

Le agradezco y tomo el vaso desechable. Bebo un poco y siento el sabor de la cafeína por todo mi paladar. Me resultaba vigorosamente bien.

—¿No han dicho nada?

—No sé nada —suspiro—. Nada.

Y un silencio se genera entre ambos. Noto de reojo a Hoseok algo tenso y habla.

—¿Qué fue de ella en todo este tiempo?

—Su vida fue una mierda —respondo observando la nada—. Ella vivía en pésimas condiciones.

—¿Cómo sabes eso? —pregunta curioso Hoseok.

Yo desciendo mi mirada y una sonrisa amarga se dibuja en mi rostro.

—Porque sé lo que es vivir en la miseria y reconozco a ese tipo de personas.

—No sé cómo pudo sobrevivir tanto tiempo así. ¿Acaso salió ilesa del accidente?

—No —respondo cortante y nuevamente las malditas lágrimas quieren llegar—. Su rostro lleva las marcas de lo que sufrió.

—¿Qué le sucedió?

 Amor infinito a las personas que aún continúan leyendo <3 <3 <3 Quiero agradecer con especial cariño a aleamaya583. Por su apoyo en cada actualización, gracias, ale <3.


Sugar Melody | SUGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora