38.

56 5 0
                                    

Tras la intensa platica con Elliot intenté evadir tantas ideas negativas que ahora cruzaban por mi cabeza. Si realmente Jimin jamás habló, ¿Por qué surgió todo de esta manera?

Por lo visto era obvio que el mismo imbécil de Taehyung abriera la boca ante Yaneth y todo se fuera a la mierda. Pero ¿En que momento se me fue todo de las manos?

Incluso ella.

Termino la ducha que empecé a tomar hace unos minutos y al salir de la regadera me observo directamente al espejo del baño. No me inmuto en colocar ninguna toalla, sólo salgo de la ducha y camino directamente hasta observar mi borroso reflejo. Limpió el vapor acumulado y me observo con enfado.

Yo mismo fui participe en toda esta mierda. Yo fui culpable al dejar ir a Dulce. Si tan sólo la hubiese retenido conmigo esa noche, jamás hubiera sucedido todo esto. Yo aún existiría en su mente... Ella aún me amaría.

•••

—Maldita sea, baja de ahí.

Me voy adentrando a la habitación de Dulce y lo primero que observo es a ella misma encima de un taburete frente a su armario. Ella estira sus brazos con la intención de tomar una caja marrón ubicada en la última repisa del armario.

—Sólo quiero tomarla y...

—Detente —ordené pero fui totalmente ignorado—. Dulce, detente.

Me acerqué hasta ella, con pasos largos y al estar tras de ella pude estar a tiempo, ella había logrado tomar la caja pero su equilibrio falló y provocó que tuviera una caída fallida, logré tomarla entre mis brazos a tiempo pero la dichosa caja marrón cayó causando regar su contenido. Dulce me sonrió con timidez y yo le regresé el gesto. La observé por unos segundos y ella jamás rechazó nuestro contacto visual hasta que me di cuenta de lo cerca que la tenía ahora. Me importó poco y quise permanecer un momento más así pero fue imposible, una fotografía en el suelo llamó de mi atención.

Descendí a Dulce de ente mis brazos y observé con detalle el desastre que la caja dejó al caer. Eran fotografías. Todas y cada una de ellas. Eran fotografías de ella. Eran fotografías... Conmigo, incluso.

Me acerqué con lentitud hasta una de ellas y la tomé con suavidad. Recordé con exactitud el momento en que fue tomada y no pude evitar sentir tristeza.

—¿E-eres tú?

La voz de Dulce me trajo a la realidad. Y la observé a ella sosteniendo una de las tantas fotografías. Me acerqué a ella y pude apreciar con detalle.

Una fotografía de ambos, besándonos con ternura. Ella aparta la vista de la fotografía y me observa con incredulidad.

—Eres tú.

Me quedo sin palabras en este preciso momento. ¿Qué mierda hacia ahora? No podía mentirle. Pero aún no estaba listo para esto. No se encontraba en mis planes hablar del pasado con ella.

—Y-yo, bueno, t-tú y... —balbucé como estúpido y reaccioné—. Somos nosotros en la fotografía.

Dulce no dice nada y su expresión no habla tampoco. Tal parece que la noticia no le ha caído muy bien.

—Sientate. —Le indico y la tomo del brazo para dirigirla hasta la orilla de su cama—. Puedo explicarte...

—¿Eras mi prometido?

¿Qué mierda digo ahora? ¿La verdad? ¿Le miento?

Tenía tangos deseos de decirle la verdad de una buena vez pero tenía que ser considerado ante su situación mental. Esto no vendría nada bien.

Sugar Melody | SUGAWhere stories live. Discover now