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—Mi esposa quiere juntar a Dulce por puro interés, Jimin. No tienes idea de lo mal que me siento —Elliot se puso de pie y camino hasta llegar a la ventana que daba vistai al exterior de la casa—. Yo sólo quiero que mi hija sea feliz y sé que Taehyung es un buen prospecto pero mi hija no lo quiere.

Jimin suspiró y observó a Elliot de espaldas. La consciencia le remordió y se limitó a responder. Debía permanecer en silencio unos momentos más. No debía, no quería decir de más.

»Me di mi tiempo para conocer a Min Yoongi —Elliot giró y Jimin, le miró con terror a la cara—. Sí, Min Yoongi, el chico que vivía aquí contigo. Sé que no pertenece a ninguna familia adinerada pero —suelta un respiro— es un buen chico.

Debía contenerse un poco más Jimin. No le gustaba el rumbo por el que se dirigía la conversación.

—Lo es —respondió brevemente Jimin descendiendo la mirada, observando el suelo para después mirar otro punto de la habitación con nerviosismo.

Jimin escuchó a Elliot soltar una risa ligera. Comenzó a mover su pierna izquierda de un lado a otro y soltó aire sin dejarse ver notorio.

—¿Crees que no lo sé, Jimin? —Elliot cuestionó y Jimin de tensó aún más— ¿Crees que no veo lo obvio?

—¿D-de qué hablas?

—Mi hija no quiere a ese chico —señala a la ventana indicando que es de Taehyung quien se trata—. ¿Tú piensas que yo no sé lo que mi hija siente por Yoongi?

Jimin se revolvió incómodo en el sofá individual donde se encontraba. Elliot lanzó una sonrisa irónica.

Ambos permanecieron en silencio unos segundos hasta que Jimin decidió hablar y decir lo sucedido hace unos momentos. Tal vez, sólo tal vez, él se arrepentiría de lo dicho.

—Dulce está con él —dijo Jimin y sintió como un peso fue liberado de él.

—Lo sé, Jimin —respondió Elliot y caminó hasta llegar al sofá donde se encontraba sentado, frente a él—. Y eso me tiene mal. Mi hija no sabe lo que hace y eso me preocupa.

—¿Tú apruebas eso? —El asombro no podía dejar a Jimin en paz.

—Si ella es feliz, no me importa más. —Elliot apartó la mirada de Jimin por un momento y buscó en el bolso interno de su saco—. Infortunadamente su madre no aprobará esto jamás. Tan sólo imagina el escándalo en el que se se encontrará Dulce, —sacó una cajetilla de cigarros y tomó uno de ésta— no es nada fácil lidiar con esa culpa, Jimin. Saber que tu hija, estando comprometida, está de amante con un chico al que su madre le daría un visto malo.

—¿Qué es lo que has dicho, Elliot?

Jimin se giró asustado ante la gruesa voz que se dejó escuchar a través de la habitación del living. Elliot se tensó y la preocupación se había hecho presente. Era Taehyung quien ahora hacia acto de presencia. Era Taehyung quien había escuchado aquella confesión.

—Tae, no es...

—Dejate de rodeos, Elliot y dime la maldita verdad de una buena vez —exigió Taehyung—. ¿Dulce me ha estado viendo la cara con otro imbécil? ¿Ah?

Jimin volvió a acomodarse en el sofá, no deseaba hablar de esto, él había sido testigo y no quería verse aún más involucrado.

—¿Tú lo sabías, Jimin? —questionó Taehyung. Pero no obtuvo respuesta alguna— ¡Responde maldita sea!

—Taehyung, te pido te calmes —habló Elliot.

—No, Elliot, no puedo creer en lo bajo que has caído. Mira que cubrir a la traicionera de tu hija en su aventura con aquél idiota —lanzó furioso y caminó hasta adentrarse más al living y quedar en medio de la habitación, dejándose ver la expresión de espanto de Jimin—. Tú lo sabías, ¿Cierto? —Se dirigió a Jimin— ¿Lo sabías?

Pero Jimin no respondió, tan sólo suspiró y asintió llevando sus manos a su rostro para después cubrirlo y soltar un bufido de desesperación.

—Lo siento, Taehyung, yo no quise...

—Eres mi amigo, Jimin —habló con el tono de voz débil, Taehyung—. ¿Cómo pudiste ocultarme algo así? ¿¡Cómo!?

—Taehyung, por favor, te pido que comprendas la situación en la que ahora estamos, te pido disculpas —pidió con sinceridad Elliot ante la reacción de Taehyung.

—¿Crees que las disculpas sirven de algo? Tu hija me ha visto la cara desde quién sabe cuánto tiempo, se ha burlado de mí de la manera más baja posible.

—Pero podemos llegar a un acuerdo, Taehyung, te pido que...

—¡No, Elliot! —gritó furioso Taehyung.

—¿Qué sucede? —salió alarmado de su estudio el padre de Jimin— ¿Qué sucede, Tae?

—Esto no se va a quedar así, Elliot —amenazó Taehyung saliendo del living.

—Espera, Tae, por favor —imploró Elliot levantándose de su asiento para dar un par de pasos hasta Taehyung.

—Veremos que dice Yaneth de esto.

—No, Taehyung —corrió Elliot tras de Tae y únicamente se escuchó el como la puerta fue azotada con tal brusquedad que hiso cimbrar los vidrios de la ventana del living.

El padre de Jimin se acercó hasta la ventana observándo el como Taehyung se subía furioso a su auto y emprendía marcha con velocidad. Elliot maldecia y se doblegaba del enfado y la impotencia.

—Jamás debí hablar —comentó Jimin con aflicción en su voz.

•••

—Jimin jamás habló de más, Yoongi. Yo sospeché y confirme lo que mi hija y tú mantenían a espaldas de Taehyung —Elliot se recargó en el respaldo de la silla y observó un punto fijo de la mesa—. Has estado inculpandole tantos crimenes que él jamás cometió.

—¿Debo creerte? —pregunté con todo el descaro del mundo. Me crucé de brazos y le lancé una mirada retante.

—Te estoy confirmando ser el culpable, Yoongi.

—Si tú sabías mi relación con Dulce. ¿Por qué nunca hiciste nada por apoyarnos?

Elliot guardó silencio y simplemente terminó de beber el último trago de su copa. Se levantó de su lugar en la mesa, avanzó hasta la salida del comedor y antes de marcharse del todo se detuvo y habló.

—Lo hice, Yoongi —Se giró a observarme— Lo hice.  

<3 Las amo por el apoyo que brindan a esta historia. Gracias de corazón.

Sugar Melody | SUGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora