32.

80 7 2
                                    

—Veo que no resultará fácil rendirte a encontrar respuestas, Yoongi.

—Así es —respondí.

—Todo gira en torno a su madre y las mismas ambiciones de esa horrible mujer —me respondió y bebió un sorbo de su copa—. Puede o tal vez no que Jimin te haya dicho acerca de la gran fortuna que Dulce ha heredado en México.

—Jimin sólo dijo eso. Jamás mencionó más. Simplemente el muy imbécil se limitó a comentar más.

—No estaba en planes en que tú vinieras con Dulce —dijo—. Jimin fue quien prometió venir con una buena noticia más nunca te mencionó, Yoongi.

—¿Jimin se ha reunido con usted? —Sentí curiosidad.

—Así es. Él fue quien me ayudó a instalarme en este pueblo. Nadie sospecharía que Elliot Salazar vive por esta zona.

—¿Cómo es posible que todos sepan tanto? Si yo estoy en la misma situación que Dulce. No sé absolutamente una mierda —respondí y me levanté del sofá.

—Tu relación con mi hija jamás fue aceptada, Yoongi —dijo de repente Elliot—. Pero yo sabía que ella te amaba, que ella era feliz contigo. Jamás me opuse a ello.

—Idioteces —bufé decidido a irme.

—Deja a un lado tu temperamento, Yoongi.

Dijo por último, yo salí del living en dirección a la habitación de Dulce. Tal vez ella me necesitaría al despertar.

•••

—Hemos llegado a casa —escuché la voz de Jimin en el recibidor.

Mientras que yo ayudaba a mi madre a acomodar la mesa para la hora de la comida.

Había transcurrido un mes desde que Dulce se instaló por completo en la casa de los Park. Un mes completo de tenerla viviendo en el mismo techo, pese a que ahora me había convertido yo, en un completo desconocido al que dirigía la palabra solamente para un cordial saludo y nadamás.

Que mujer tan exasperante.

—Yoongi, amigo —escuché a Jimin ingresar al comedor, me giré a observarle y llevaba consigo una caja envuelta en papel decorativo rojo y un gran moño plateado—. ¡Feliz cumpleaños!

Le sonreí con cierta alegría y recibí el abrazo consecuente al recibir mi regalo.

—Gracias, Park. —Le agradecí sincero y observé con curiosidad la caja.

—Abrelo después, Yoongi. Es una sorpresa que quiero disfrutes a solas.

No pude evitar golpearle el hombro con levedad, Jimin imitó mi gesto.

La figura de Dulce parada en la entrada a la habitación del comedor, llamó de mi atención. Ella me observaba con cierta alegría pese a que su rostro no mostraba una sonrisa amplia pero ella me observaba no puedo evitar que eso me incomodara, resultaba inevitable pero... Me gustaba esta sensación.

—Ven, Dulce. Felicita a Yoongi —indicó Jimin a la mencionada.

Ella se acercó a pasos lentos hasta mí y al tenerme frente a frente, me atrajo hacia ella y me abrazó con fuerza. Por la brusquedad, me tomó por sorpresa que me fue imposible reaccionar a tiempo. Se apartó de mí y al momento de hacerlo acaricié su brazo hasta llegar a su mano, dónde ambos no tuvimos la iniciativa de soltarnos.

Ella se había ruborizado.

Y su tacto me había dejado helado. Sus manos eran suaves, pequeñas, delgadas y... suaves. Quedé maravillado con tan simple roce.

—Creo que mejor subimos a estudiar un poco, Dulce —habló Jimin trayéndonos a la realidad.

Dulce asintió y sin soltarse aún de mi agarré, me observó fijamente a los ojos. Me obsequió una sonrisa y acarició mi dedo índice con sutileza.

—Feliz cumpleaños, Yoongi.

Habló y se marchó. Dejándome con una grata sensación que... ¡Maldita sea! ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué mi corazón latía acelerado?

¿Qué es lo que haces, Dulce Salazar?

•••

Desperté, nuevamente había tenido ese tipo de sueño. Más que sueño, era un recuerdo.

Dulce aún permanecía dormida y no tenía idea alguna de la hora que era. Pero pude ver el atardecer por la ventana de la habitación.

Mi móvil comenzó a cobrar y observé por la pantalla de éste que se trataba de una llamada entrante de Park.

—¿Qué quieres Park?

Me imagino que ya han llegado con Elliot...

—Eres un imbécil, ¿Era tan difícil decirme de quién se trataba todo este tiempo? —le recriminé.

Te he dicho que no te involucres demasiado, Yoongi —dijo y escuché el estruendoso sonido de un automóvil tocando la bocina—. Además. Dulce estará con su padre por un largo tiempo.

—¿De qué mierda hablas?

¿De qué se trataba todo esto?

Escuché a Park suspirar pesadamente desde el otro lado de la línea.

Dulce y su padre deberán esconderse por un largo tiempo, al parecer el licenciado Hyo llegará mañana al que era el antiguo departamento de Dulce. Tiene órdenes de llevarla consigo.

—¿De qué mierda se esconden? —Me levanté con el más mínimo cuidado y caminé al baño de la habitación, donde me encerré y decidí contínuar la plática con Park con mucha mayor discreción.

Yaneth quiere a su hija de regreso. Ya sabe ella que se encuentra con vida. Esa mujer está loca.

—¿Dulce huye de ella?

Debes hablar con Elliot. Ya no puedo hablar más. Hasta pronto, Yoongi.

¿Pero que mierda?

 Mil disculpas por no haber actualizado el domingo pasado. Tuve unos asuntos personales que atender y bueno. Aquí les dejo un capítulo más, está cortito pero pienso recompensarlas con un capítulo extra esta semana, así que sólo les pido paciencia. De antemano vuelo a agradecerles por el apoyo, sus lecturas y por los votos. Las adoro. Nos leemos pronto. <3 

Sugar Melody | SUGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora