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Estar con ella no resultaba un trabajo difícil. Y sinceramente, para mí, era un placer. Amo a Dulce y pese a las circunstancias, me duele verle de esta forma.

Decidí velar por ella toda la noche. No debía dejarle sola en estas circunstancias, no deseaba volver hacerlo, simplemente... No quiero perderla nuevamente.

No sabía lo que sucedería con ella de ahora en adelante. Debía pensar con claridad y decidir que camino elegir. No podía arriesgarme a nada.

•••

—¡Eres un maldito bastardo! —gritó Taehyung al soltarme un fuerte golpe en el rostro que provocó lanzarme al suelo y continuar golpeandome con furia.

—¡Tae, para por favor! —Escuché el grito rogante de Dulce.

Pero no servía de nada traer a la realidad a este sujeto. Él no reaccionaba en lo absoluto. La rabia lo había cegado.

—Sueltame, imbécil —hablé pateandole, logrando alejarlo de mí.

Me levanté del suelo con cierta dificultad, pero ese imbécil nada lo detenía. Quería continuar la pelea hasta que la madre de Dulce decidió intervenir.

—¡Basta! —gritó amenazante,llamando la atención de los tres—. ¿Tú cómo te atreves al venir a mi hogar y presentarte así? Que cinismo el tuyo.

Se dirigió a mí y me observó con odio. Realmente jamás fui del agrado de esta mujer.

—He venido por algo muy obvio —respondí caminando hasta ella y al quedar frente a ésta, hablé—. He venido por Dulce.

Esta mujer soltó una risa burlona y me observó con recelo de pies a cabeza. Bufó y se apartó de mí dirigiéndose hasta su hija.

—No permitiré que mi hija esté con un hombre como tú. No eres digno de ella.

—Mamá. —Se quejó Dulce pero fue callada por su madre al ser tomada con violencia de su brazo derecho.

—Escuchame bien, bastardo. Mi hija jamás será tuya. No la mereces en absoluto.

—No tiene derecho a obligarla...

—Tengo todo el derecho del mundo, yo soy su madre —respondió interrumpiendome—. Ahora lárgate si no quieres que llame a la policía para que te saque de mi casa en este momento.

Permanecí en silencio observando a Dulce. Ella me imploraba con la mirada que me marchara. Y lo hice, sólo por ella.

•••

Suspiré cansado al recordar tantos momentos de mi vida en el período donde Dulce y yo estuvimos juntos y pensé en todas las posibilidades para permanecer pero no encontraba ningúna vía de escape. Por alguna razón ahora me encontraba con ella, velando por ella. Esperando y teniendo fe a algún tipo de milagro.

Mi móvil comenzó a sonar y respondí velozmente evitando despertar a Dulce.

—¿Qué sucede? —respondí.

Era Jimin de quién se trataba.

—Elliot me ha dicho lo sucedido esta tarde. ¿Cómo está ella?

—Ahora mismo está bajo el efecto del sedante. Aún no sé qué suceda con ella al despertar —suspiro—. Fue difícil para ella.

—Entiendo perfectamente todo. Llegaré en la mañana. Necesito hablar contigo, Yoongi.

—¿Qué sucede?

—No puedo hablar mucho, simplemente espera por mí en la mañana. Debo irme Yoongi.

Junín se escuchó apurado y no siquiera me permitió hablar más. Puede haber una posibilidad de que él llegase con malas noticias.

•••

A la mañana siguiente, Elliot entró a la habitación de Dulce mientras yo ataba los cordones de mis zapatos. Elliot caminó hasta quedar frente a la cama de Dulce, donde ella aún continuaba descansado.

—Despertará pronto. —Acomodó con suavidad las frazadas que cubrían a Dulce—. Creo que para estos momentos ya sabes quién nos visitará.

—Jimin me llamó en la madrugada —respondí poniéndome de pie—. Dijo que tenía que hablar conmigo.

—Lo sé. Él me ha dicho lo mismo.

Elliot lucía extraño, confundido y lejano dejando ver qué algo le aquejaba.

—¿Sucede algo contigo? —pregunté importandome poco su expresión de sorpresa.

—No es nada, Yoongi. Simplemente... Debes de estar atento a la llegada de Jimin —respondió y me observó al fin.

—¿Qué sucede?

Podía notarse en Elliot que algo no se encontraba bien así pude llegar a la conclusión de que malas noticias llegarían con la visita de Jimin.

—Yoongi —suspira—. Eres un gran hombre.

—¿De qué va todo esto?

Elliot acarició el rostro el Dulce y se inclinó quedando a su altura para poder depositarle un tierno beso en su mejilla.

Terminado dicho acto, se giró a observarme para hablar.

—Realmente no sé si deba decírtelo ahora —peinó su cabello.

—¿Decirme qué? —hablé con frustración—. Dime ya que sucede, maldita sea.

Elliot aguardó unos segundos más en silencio y caminó hasta quedar frente a mí.

—Yaneth, su madre. Viene a Corea por ella, quiere llevársela consigo

Sé que he estado ausente mucho tiempo y pido disculpas pero afortunadamente me he hecho un poco de tiempo para poder dejarles este capítulo que espero hayan disfrutado. Muchas gracias por su apoyo. 

Sugar Melody | SUGAWhere stories live. Discover now