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Eres como una mariposa

Desde lejos, robo miradas, si nos tocamos las manos, ¿te perderé?

Brillas en esta oscuridad que es el efecto mariposa

Tus toques ligeros, olvidé la realidad a la vez...

La observo a la distancia. Ella permanecía sentada, a solas, frente a aquella ventana, observando con detenimiento el exterior. Observando aquella solitaria calle fuera de esta casa.

Han transcurrido dos semanas. Dulce no ha podido tener una reacción positiva ante este cambio tan drástico de ambiente y eso me ha puesto mal. Ni siquiera ha querido dirigirme la palabra y en las breves ocasiones le resulta imposible poder sostenerme la mirada. ¿Qué es lo que sucedía con este chica?

—Dulce. —Le llamé y ella no tuvo alguna reacción—. ¿Me acompañarías a dar una vuelta? —Silencio e insistí—. Si cambias de opinión te veo abajo.

Me he levantado de mi asiento y camino en dirección a la puerta de esta habitación.

—Espera —habló Dulce. Yo me detuve—. Quiero ir contigo.

Y dicho esto me giré a observarla. Ella se levantó de aquel taburete frente a su ventana y se colocó sus zapatos con tranquilidad para después caminar hasta mí.

—¿Lista?

Ella asiente a mi pregunta y sale conmigo de la habitación. Ambos descendemos las escaleras y ya estando en el recibidor aviso a Elliot mi salida. No le escucho en ningún rincón de la casa y decido ir hasta la habitación del living.

Lo observo en el sofá, leyendo un libro mientras un jazz sonaba de fondo.

—Saldré con Dulce a dar un paseo —hablo y él me observa.

—Está bien, Yoongi —Elliot asiente y continua sin inmutarse.

Vuelvo a Dulce en el recibidor y salimos de casa. Esta calle resultaba totalmente solitaria pero de cierta manera, resultaba tan tranquila. Caminé un poco lejos y Dulce me seguía. De alguna forma ella se sentía temerosa y pude notarlo por la forma en la que se encogía de los hombros.

—¿Sucede algo? —decidí preguntar. Ella negó—. Sabes que puedes confiar en mí.

Nuevamente silencio. Caminamos un par de metros en silencio hasta que ella decidió hablar.

—¿Desde cuándo conoces a Jimin?

Su pregunta me llegó tan de repente que me fue imposible formular una respuesta rápida. Tuve que pensar.

¿Debía decirle la verdad?

¿Qué pasaba si le decía que la conozco desde hace mucho tiempo?

Me importaba una mierda.

—Desde hace diez años aproximadamente.

—¿Lo conoces desde entonces? Es demasiado —dijo—. ¿Cómo es que lo has conocido?

—Fuimos amigos en la infancia y gran parte de nuestra adolescencia. Yo viví con él. Mi madre era cocinera en su casa. Podría decirte que fui parte de la servidumbre de Park Jimin. —Le respondí con la verdad y sentí cierta incómodidad al mencionar el pasado después de tantos años.

Dulce caminaba con lentitud, la observé y pude ver en su rostro cierto desconcierto además de sorpresa.

—T-tú, —habla y se detiene en seco— ¿Me conociste antes?

¿A qué se debía esto?

—Yo...

—Te pido la verdad, Yoongi. —Me interrumpió y rogó.

Sugar Melody | SUGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora