CAPITULO 9 "15 minutos"

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Cuando llegue a mi habitación solté el aire y me deje caer en la cama, lleve ambas manos a mi cabeza y ahogue un grito, había tanta adrenalina en mí que todo me temblaba ¿Como me atreví? ¿en qué estaba pensando? Quité las manos de la cara y por supuesto que frente a mí, estaba la enfermera mirando toda mi vergonzosa escena. Odiaba su invasión, pero entendía que era su trabajo.

- ¿Se encuentra usted bien? - preguntó con completa seriedad.

-sí, gracias... Oye podrías traer mi cena a la habitación, no me siento con ánimos para ir al comedor.

- Claro que sí señorita, con gusto.

-¿Cuál es tu nombre?

- Adriana- contestó con la amabilidad

-Adriana no es necesario que me digas señorita, solo dime Asia - ella sonrió y aceptó con la cabeza para después marcharse. Cuando volvió traía un carrito lleno de comida, así que la invité a cenar conmigo, tuve que insistir para que aceptara, pero finalmente lo hicimos. Era viuda y jamás había tenido hijos, se hacía cargo de una tía que era bastante mayor, era lo único que le quedaba de su familia. Sin duda una mujer con una vida poco envidiable, pero con una sonrisa y amabilidad increíble.

Cuando se fue de la habitación, mis pensamientos se volcaron en ella de nuevo. Desde la primera vez que entre a su consultorio me percate de que era hermosa, era algo que nadie podía ignorar, lo que no pensé jamás es que me llegara atraer, la forma en que ella me miro la última vez, despertó algo en mí, una simple mirada me tenía despierta pensando en ella, me preguntaba si ella estaría pensando en mí...si realmente me había mirado ¿qué estaría pensando ahora de mí?... ¡Qué estúpida! como se me ocurre...

En el desayuno Ferni me presentó a un chico bastante simpático, Joseph era su nombre, tenía ojos grandes y oscuros, cabello rizado negro brillante y de piel acanelada, era apuesto...ambos me dieron una llave con la cual podríamos salir de nuestras habitaciones ¿de dónde las habían sacado? no tenía idea y tampoco quería preguntar, el plan era reunirnos en la habitación de Ferni y hacer una especie de pijamada, acepte porque era obvio que ya tenían tiempo haciéndolo, sabía que era en contra de las reglas y podía tener problemas, pero la misma doctora me recomendó estar cerca de chicos de mi edad...

-Joseph tú te encargas de los aperitivos y yo del alcohol...

- ¿De dónde vas a sacar alcohol? - pregunte alarmada.

-De la oficina del director ¿De dónde más? - mi cara se llenó de miedo y ella sonrió. déjamelo a mi... pon una alarma en tu celular a las 12 en punto, a esa hora es cuando hay cambio de turno y la seguridad está de nuestro lado.

- ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Cómo sabes todo eso? - ella sonrió y me guiño un ojo.

-Relájate...- continuamos el día en talleres y actividades juntas.

No me gusta ser impuntual, me parecia de pésima educación, sin embargo 30 minutos antes de mi sesión con la doctora Jones decidí aplicarme más maquillaje, perfume, tacones y un estúpido vestido exageradamente ajustado, pero antes de salir por la puerta de mi habitación directo a su consultorio advertí que era demasiado obvio, así que corrí nuevamente a mi armario saque unos jeans y una blusa. Trate de quitar la mayor cantidad de maquillaje en mi rostro y cambie mis tacones por tenis, todo esto mientras mi enfermera me observaba.

Agitada e irónicamente desalineada estaba tocando a su puerta 15 minutos tarde. Toque una vez y espere que respondiera como de costumbre al no obtener respuesta volví a tocar, me gire a Adriana para preguntar si debería insistir ya que era muy posible que la doctora se hubiera marchado por mi tardanza, pero escuche la puerta abrirse y me gire de nuevo.

PETRICORWhere stories live. Discover now