CAPITULO 55 -Confío en ti

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- Estoy aquí nena, aquí voy a esperarte - Solté la mano de Ferni y respiré profundo para entrar al despachó de mi padre, donde ya me esperaba mi madre.

Ella estaba sentada en el escritorio de mi padre apenas me vio se puso de pie y me sonrió.

- Te tengo solo dos preguntas ¿Porque me dejaste? ¿Y Para que regresaste? - solté con frialdad y me senté frente a ella, ella tomó asiento y carraspeo la garganta con nerviosismo antes omitir palabra.

- La razón por la que me fui, no tiene nada que ver contigo, es algo entre tú padre y yo... No lo entenderías. - No pude evitar reír con amargura.

-Me abandonaste, claro que tiene que ver conmigo, si bien es cierto que cuando me dejaste yo era una niña, ahora soy una mujer, así que puedo entender cualquier explicación que tengas para darme. - no necesite levantar la voz para ser agresiva con ella, era obvio lo desconcertada que se encontraba ¿Qué es lo que ella esperaba de mí? ¿Que la viera y me lanzará a sus brazos?

- Yo... - titubeó un par de veces más antes de hablar- Me equivoqué, salí de casa huyendo de una relación dolorosa por qué ya no lo resistía más... la relación con tu padre era insostenible.

-La relación con mi padre era insostenible... ¿Mi relación contigo también lo era? - Reproche evitando llorar, hacia meses que había jurado no volver a llorar por ella.

- Tú padre jamás me habría dejado acercarme a ti.

- ¿lo intentaste? - pregunté mirándole a los ojos, buscando en ella la verdad, pero bajo la mirada

- Tu padre...

-¿Porque no me llevaste contigo ese día?

- El me habría perseguido hasta el fin del mundo, el jamás nos hubiera dejado en paz.

-Te juro que si te atreves a seguir culpando a mi padre de tus errores seré yo quien llamé a seguridad. - Ella acertó con la cabeza. - ¿Para qué has vuelto?

- Para recuperar el tiempo perdido.

-El tiempo perdido jamás se recupera.

- Te pido una oportunidad.

-Yo no necesito darle una segunda oportunidad, yo necesitaba a mi madre cuando era una niña, ya no - Soltó el llanto y me contuve como jamás lo había hecho.

Se puso de pie y de su bolso saco algo y la colocó sobre el escritorio, era una fotografía mía de cuando era niña.

- Te dije que no lo entenderías - sus ojos estaban desbordados en lágrimas- El que me fuera no significa que te abandonara, viviste en mis pensamientos siempre, con el dolor constante de tu ausencia. - no pude sostener la mirada un segundo más, por el rabillo del ojo pude ver cómo volvía a sacar algo de su bolso y lo colocaba sobre la mesa, sin decir más salió del despacho y fue hasta entonces que deje salir todo aquello que retenía mi pecho y mi garganta, llore como hacía tiempo no lo hacía. Después de algunos minutos entro Ferni y me abrazó a su pecho con fuerza.

REBECA

La mujer salió con prisa envuelta en llanto, aproveché que Armando estaba entregado a la botella en nuestra habitación para seguirla.

- ¿A logrado ya lo que quería? - solté apenas la alcance en el jardín, se giró de inmediato hacía mí.

- Apuesto que la ha dejado destrozada, ¿y todo para qué? ¿Qué es lo que quiere? ¿Porque no desaparece de su vida ya?

- Yo no tengo porqué darte ninguna explicación, es mi hija tengo todo el derecho. - soltó con arrogancia.

- A mí sí, sí que tiene que darme una explicación- Me gire de inmediato tras de mí se encontraba Guz con el mismo porte desafiante que le caracterizaba, la mujer sonrió.

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