CAPITULO 21 "Hazme mujer"

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Rebeca

En algún momento y sin darnos cuenta nos alcanzó la noche, entre besos, caricias, jadeos y tropezones conseguimos llegar hasta la casa de la playa sin separar nuestros cuerpos, la lluvia y su desnudes me tenían completamente húmeda, ella aun llevaba ropa interior, no hizo falta la chimenea, mi cuerpo ya estaba despidiendo el suficiente calor, no era para nada una niña la que me esperaba sobre la cama, eso era lo que me hacía perder la cabeza, sus extremos matices, a veces tierna, temerosa y ahora ante mis ojos desquiciante, seductora, poderosa... podía ponerme de rodillas ante ella.

Me pare al pie de la cama y ante su mirada me quite la blusa...después los jeans, había fuego en sus ojos, tanto que podía sentir como me quemaba, libere mis pechos del sujetador... deleitándome con su reacción, sus pupilas se dilataron y mordió su labio inferior, no resistí más, quería recorrer con mi lengua toda su piel, entre con lentitud a la cama, deposite castos besos sobre sus piernas, después fui chupando y lamiendo conforme iba subiendo por sus muslos...sus suspiros y jadeos me erizaban la piel, pase mi boca por su pataleta mientras ella se retorcía nerviosa, seguí por su abdomen, su piel era firme y suave...sus pechos eran exquisitos, redondos, firmes y con el tamaño perfecto, sentí el impulso de meter uno de ellos por completo a mi boca, pero debía contenerme, quería ser delicada así que contuve mi desesperación... recorrí el terreno de sus pechos con solo la punta de la lengua, prestando la misma atención a ambos, delimitando la frontera de sus pezones solo para provocarla, ella estaba tan ansiosa como yo, cuando por fin me dedique a rozarlos, fui sutil y delicada, ella ahogo un jadeo y se tensó aún más, no paso mucho para que terminara por meterlos por completo en mi boca, ella comenzaba a perderse en el placer, me acomode entre sus piernas y comencé a subir con mis besos desde su pecho hasta su cuello, mi centro quedo sobre el suyo, me detuve un momento para mirarla a los ojos, sus pupilas estaban aún más dilatadas, sus mejillas sonrojadas y su respiración entre cortada, quería saber si había en ella un hilo de arrepentimiento, pero ante mi duda respondió con un beso, enredo sus piernas a mi cadera, su centro estaba tan húmedo como el mío, podía sentirlo y me descontrolo, perdí el sentido de la sutileza y comencé a frotarme sobre ella, sentía como sus manos intentaban hacerse espacio entre nuestros cuerpos para tocar mis pechos así que pare un poco y en lugar de darle espacio a sus manos me impulse un poco sobre su rostro para poner uno de mis pechos en su boca, sus labios carnosos rodeando mi pezón y sus saliva tibia me tenían enloquecida, supo como hacerlo y pronto se brinco a mi otro pecho, la deje tener el control por un momento y después volví a tomarlo, le quite la pantaleta y la puse boca bajo, aprovechando que ahora tenía su trasero a mi mereced, le solté una nalgada esperando que reclamara, lo hizo de inmediato, estaba tan enojada que no pude evitar sonreír, a modo de disculpa deposite un pequeño beso en donde la había azotado y ella intento zafarse, pero la contuve de las caderas.

-Esta posición me tiene nerviosa Rebeca – reclamo y reí.

- Confía en mi- le pedí y ella guardo silencio.

Me quité la pataleta y levanté su trasero arqueando su espalda, comencé a frotar mi centro en su trasero de manera lenta, su cuerpo se erizo de inmediato ante el tacto, era tan erótico...

La levanté y quedó de rodillas sobre la cama dándome la espalda, me acerque y la abrace por la detrás, bese sus hombros mientras se recargaba sobre mí, el sudor de su espalda mojaba mis pechos regalando una sensación exquisita, bese su cuello y mordí su oreja al mismo tiempo que acariciaba sus pechos, busque su boca y baje mi mano a su centro, empecé a estimular su clítoris con suavidad, sus gemidos aun eran contenidos, pero ya no tenía control de su cuerpo, yo la estaba sosteniendo... Quería que me lo pidiera, que me suplicará, que deseara tanto como yo que estuviera dentro de ella. Así que comencé a frotar con más intensidad, hasta que por fin me lo pidió.

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