CAPITULO 33 ¿Quién eres?

2.8K 187 19
                                    

CAPITULO 33

¿Quién eres?

ASIA

En realidad, no pensaba dejarla, pero ella quería controlarme todo el tiempo y eso no lo podía seguir permitiendo, mi ultimátum fue una manera de establecer mis limites y de cierta manera proteger mi amistad con Ferni. Cuando salí de la escuela Rebeca ya me estaba esperando en la acera de enfrente recargada en su auto.

-Estoy lista para pedirte perdón. - soltó apenas me acerque.

-Y yo para saber quién realmente eres.

-Soy yo la de siempre.

-No, ayer no eras la de siempre, ayer eras la misma mujer de la gala - su rostro se enrojeció, bajo la mirada y pude ver cómo comenzó a temblar, estaba avergonzada, y no me gustaba verla así, pero tenía que poner las cartas sobre la mesa de una vez , así que continúe - y la terapeuta de la que me habló Ferni... esa jamás la conocí, así que dime ¿cuál de todas las versiones es la real?

- ¿Qué fue lo que ella te dijo? - pregunto angustiada.

-Me lo dijo todo... Tus castigos, tus condiciones, tus restricciones, tus amenazas...sabías que ella estaba sola, tú sabías que nadie la visitaba jamás, estuvo a punto de morir y aun así no me dejaste verla jamás, no sabía que eras tan cruel.

- ¡Fue una sobredosis Asia, es una drogadicta! No quería que estuvieras cerca de ella ¡es mala influencia!

- ¡No eres mi madre! ¡Tú no decides por mí! Soy tu pareja y merezco respeto.

- Tienes razón... quieres que te diga quién soy, pero desde que apareciste en mi vida, ni yo misma lo sé, pusiste mi mundo de cabeza, estoy vuelta un desastre.

-Lo mismo dijo Iris, si tanto te afecto deberías dejarme.

- No digas eso, es que nuestra relación es tan frágil que estoy aterrada de que pueda terminar- dijo a punto de llorar acercándose demasiado.

-Rebeca, nos están mirando, deberíamos hablar en otro lado- ella retrocedió alejándose de mí, ambas subimos al auto.

Ella conducía en silencio, podía ver cómo sus lágrimas rodaban por sus mejillas e intentaba limpiarlas sin que yo lo notará, ser tan dura con ella me estaba matando, cuando bajo la mano a la palanca para hacer cambio de velocidad, coloque mi mano sobre la suya.

-Lo nuestro no es frágil Rebeca, porque mi amor por ti es fuerte, es incondicional. - ella apretó mi mano con fuerza y la llevo a sus labios, depósito un suave beso en mis nudillos, orilló el auto en la primera callejuela que encontró y se detuvo.

-De que nos sirve tanto amor, si te llevarán lejos de mi - dijo con pensar - estoy tan desesperada que comento un montón de estupideces por miedo a perderte y solo logro decepcionarte.

-Solo quiero que me respetes a mí, a mis amistades y a mis decisiones, que no trates de controlarme, solo cofia en mí. No tengas miedo porque, aunque me lleven un millón de kilómetros lejos de ti, jamás dejaría de amarte, te prometo que, si me voy, apenas cumpla la mayoría de edad volveré a ti.

-Es demasiado tiempo...me voy a volver loca, por favor ven conmigo.

-Rebeca... mi padre a diferencia de mi madre, jamás me abandono, no me pongas contra la espada y la pared, por favor. Confía en mí, en mi amor... Además, yo tampoco podría estar sin ti demasiado tiempo, estos días no sabes cuánto te extrañe.

-mi amor...- susurro poniendo sus manos sobre mi rostro para besarme con necesidad, fue el tipo de beso, íntimo y profundo en el que dos almas se entregan por completo, sin dejar un solo sentimiento de lado, ese beso nos recorrió la piel, nos abrazó el alma y despertó la pasión... Rebeca condujo hasta la casa de la playa.

PETRICORWhere stories live. Discover now