PRÓLOGO

14.5K 601 51
                                    

—Es ahora o nunca—dije, mirando al único compañero que podría seguir conmigo hasta ahora. Asintió sin dudar y escondió su varita.

—¿Crees qué estas haciendo lo correcto?—me preguntó.

—No...pero es la única opción que tengo, si no es ahora...¿Cuándo?
Asintió comprendiendo la situación en la que estabamos y sin más, me transforme en un búho, el me imitó tomando la forma de un can marrón oscuro de mediana estatura.

Volé cuidadosamente por las torres hasta que logre entrar por una pequeña una ventana antes de que aquellas viles criaturas lograrán alcanzarme. Dentro de esa celda había un señor tendido y hablando solo que pude evadir sin problema alguno, pase mi cuerpo por las rendijas al transformarme en un ratón y seguí subiendo hasta las más alta de las torres. Cuando finalmente estuve ahí vi su figura borrosa... entre cuidadosamente intentando no llamar su atención y mientras tanto, pude observarlo mejor. 

Su cabello estaba más largo de lo que recordaba y su piel estaba tan pegada a sus huesos que después de no haberlo visto por mucho tiempo, me dió miedo moverlo, sentía que hacerlo era lo mismo que romperlo en mil pedazos.

Como ave no tenía la suficiente fuerza y por eso decidí convertirme en un perro grisaceo. Tante el terreno y me acerqué a él con cuidado, al sentir mi presencia volteo a verme abriendo sus ojo de par en par e inseguro acercó su mano hasta alcanzar mi cabeza y acariciarla.
—Vaya—sonrió triste—. Hola pequeño.
Mordí levemente su mano y la apartó al instante.
—¿Pequeña?—moví la cola en afirmación y volvió a acariciarme—. ¿Cómo lograste entrar?
Me pegue a el y con la poca fuerza que tenía me cargo en sus brazos.
—Me pregunto ¿cómo llegaste aquí?—me hablo con voz ronca—. Me recuerdas a mi, pero en chica y más gris—moví mi cola emocionada y lamí su mano lo cual lo extraño—. ¿Pretendes que me convierta?

Moví mis patas en afirmación y me miró extrañado.

—Pues... jugar un rato no va a matarme ¿cierto?—sonrió con melancolía y pronto vi cómo cambió a ese perro negro con el que solía compartir mi infancia. El problema es que esta vez apenas podía sostenerse por si solo y sin energía cayó desmayado, aproveche su inocencia para pasarlo por las rendijas y sacarlo de la jaula con mucho esfuerzo. Note una figura acercarse a mi, por lo que respingue, pero pronto distinguí a mi querido amigo can marrón, le gruñí en señal de desaprobación. Aún así lo deje pasar, en ese momento no debíamos perder tiempo.

Una vez afuera de la prisión con toda la seguridad equivada, me transforme en mi forma humana y junto a mi compañero nos teletransportamos lejos de ahí sujetando con firmeza a Sirius. Llegamos a un bosque, algo cerca de Hogwarts, donde tuve que dejarlo ya que el no podía venir con nosotros; sin embargo, le deje una mochila (que tenía un poco de ropa vieja y algo de comida que le serviría para unos meses). Yo sabía que lo buscarían, su vida desde este momento sería más complicada e imperfecta pues tendría que estar escapando del Ministerio día a día, pero estaba a salvo, vivo, libre. Por fin, después de tanto él podría vengarse y yo, podría empezar...

💮31/05/18

La Black que se enamoró de Potter IIWhere stories live. Discover now