CAPITULO 46

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Desperté de golpe, reincorporándome, sentía mi corazón latir en mi pecho con rapidez y mi respiración era agitada, debajo de mis manos pude sentir algo blando, mi vista se fue adaptando, estaba en la enfermería y en la cama de a lado estaba Harry aún durmiendo, Herms se acercó a mi con una expresión de preocupación.

—¿Te encuentras bien?

—Si, ¿porque lo...—dos lagrimas cayeron de mis ojos, extrañada las limpié, aunque bien sabía el porque. Ese recuerdo fue el peor de toda mi infancia, mi peor cumpleaños, la razón principal de que esa fecha en especifico dejara de ser especial, fue la ultima vez que vi a mamá viva, poco después fue cuando mi tío me dejó a cargo con Remus, luego el murió y...bonita infancia la mía ¿no? La castaña suspiro sacándome de mis pensamientos.

—Creo que se salvaron de una buena—comentó mirando al azabache—. Nos han dado un gran susto.

En silencio me reincorpore de la cama, sosteniéndome de la orilla, aún tenía mi atuendo del día anterior, lo sabía porque el cielo lucia grisesco y tenía aspecto de que era por la mañana aunque nublado—. ¿Cuánto a pasado?

—Unas horas desde que Snape los trajo de vuelta—respondió, Ronald tenía la pierna enyesada y reposaba su espalda en la almohada que estaba en el respaldo.

—Yo...—sin aviso Herms me abrazo con fuerza—. ¿Qué haces?

—No me interesa quien sea tu familia, sigues siendo mi amiga—extrañada correspondí, aunque también me aliviaba saberlo, puso distancia entre ambas sosteniéndome por los hombros—. Pero aún así tienes que explicarnos TODO, después.
Reí asintiendo a su petición, un quejido a nuestro lado nos advirtió que Harry estaba despertando, Herms fue la primera en acercarse, seguida de mi.

—Vi a papá.

—¿Qué?—preguntamos ambas extrañadas

—Ahuyentó a los dementores—aunque sonaba descabellada la idea, significaba que Sirius estaba vivo, un suspiro de alivio salió de mi.

—No tan rápido—me corto Herms, eleve una ceja interrogante— tienen a Sirius—Harry agarro rápido sus lentes y se sentó sobre la cama.

—¿Van a matarlo?

—Peor...le van a sacar el alma—explicó Herms con horror, torcí mi boca en una mueca, estaba condenado a lo mismo que vivimos en la noche solo que ahora no estábamos Harry y yo para defenderlo. Iba a ser su fin.

—Tiene que haber una forma de...—antes de poder completar mi frase las puertas de abrieron dejándonos ver a...

—Profesor Dumbledore—dijeron los dos chicos, y se acercaron a él.

—Tiene que evitarlo, porfavor—pidió Herms.

—Es cierto profesor, Sirius no a sido quien lo hizo, el es inocente—siguió Harry, Ron into explicar que quien lo hizo fue su rata, mas no le salía bien.

—El caso es que nosotros sabemos la verdad—continuó Herms, Dumbledore me miro a mi, no creo que me acusara con su mirada, yo creo que más bien ya sabe quien soy yo y estaba esperando a que lo admitiera.

—Vale si....—mire a otro lado con pena— yo estuve ayudándolo—mis tres amigos me miraban con atención.

—No creará usted señorita Black que no se quienes estudian en Howgarts sin que yo lo sepa ¿o si?—replicó con una sonrisa, carraspee incómoda pero reí un poco, ese apellido me gustaba, era la primera vez que alguien me llamaba por mi verdadero apellido, se siente bien.

—Por supuesto que no—incline mi cabeza con respeto—. ¿Supongo que ya sabía quien era mi padre?—asintió.

—Hablaremos de eso después, mientras tanto chicos, yo les creo, pero me temo que lo que dicen cuatro chicos no servirá de mucho—fue acercándose a Ron hasta quedar a su lado, tocó la pierna de este y su mueca de dolor parecíamos notarla todos menos el director—. La voz de un niño por más sincera que sea no tiene importancia para aquellos que han olvidado escuchar.
Enfocó su mirada en el reloj de afuera que indicaba la hora—. Misteriosa cosa el tiempo, poderoso, y cuando se juega con el...peligroso. Sirius Black se encuentra en la celda más alta de la Torre oscura—giró su cuerpo hacia la castaña— conoce las reglas señorita Granger, no deben ser vistos y deben regresar antes de la última campanada, sino las consecuencias podrían ser fatales. Pero si todo va bien más de un inocente se salvará, con tres giros bastarán—guiño un ojo a mi amiga.

La Black que se enamoró de Potter IIWhere stories live. Discover now