CAPITULO 34

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El dolor en la cabeza me martillaba como miles de taladros golpeándome uno después del otro. Seguían pasándome este tipo de situaciones a mi y era verdaderamente irritante. Abrí mis ojos y reincorpore mi cuerpo recargando mis palmas en el suelo, un gruñido de dolor salió de mi garganta al sentir el mareo, ¿Qué sucedió?

Mire el suelo donde estaban mis manos y solo había madera vieja, lucia muy deteriorada, mi cabeza seguía dando vueltas no me permitía reincorporarme por completo.

—¿Eres ____ verdad?—respingué, una extraña voz áspera y muy ronca habló, mire a mi alrededor pero no vi a nadie, ahora con el dolor bajando poco a poco pude percatarme donde estaba, había telarañas por todos lados, vieja madera como suelo en incluso las paredes lucían bastante oxidadas, las ventanas estaban cubiertas con madera y el lugar no olía precisamente a rosas.

—¿Qué?

—¡____!—gruñó la voz de la persona, me sobresalte, su voz sonaba tan distorsionada como la de aquella chica que me atacaba y asistía a Tom Riddle, aunque estaba segura que este persona y ella no eran la misma en esta ocasión—. ¿Eres ella? ¿No es así?

Me quede callada y busque en mi bolsillo mi varita, no estaba.

—¿Cuál es tu nombre....?

—Soy.....—piensa ____, piensa—. Ginebra.

Se escuchó la risa de un hombre, sonaba demacrada y un tanto maquiavélica, más cuando aquel no se dejaba ver.

—¿Ginebra? Me crees ignorante—replicó con sarcasmo—. No pude notar el parecido enorme de Kára y tú.

Tense mi cuerpo, entonces de nada servía mentir si aquella persona ya conocía mi origen.

—Si, ambas se parecen demasiado ya que te veo, en especial los grandes ojos azules.

—¿Cuál es tu interés con Kára, que quieres?

—Solo esperaba un agradable—maderas crujientes se escucharon acercar—. Reencuentro familiar.

Ni siquiera pude parpadear al ver de entre las sombras surgir un hombre, alto y flacucho, con el cabello rizado y grasoso azabache, desnutrido y unos ojos que no se podían confundir con otros, más que los de mi mismo padre.

—_____ Hestia Black Yaxley.—retrocedí conforme se acercaba, no tenía mucha opción estaba casi a punto de tocar la pared—. Me alegra poder verte después de tantos años.

—No puedo decir lo mismo. Piensas matar a tu familia también Sirius?

—¿Matar?—su boca se transformó en una mueca de claro disgusto—. Eso es lo que te han dicho de mi ¿no? Pensé que serías más inteligente y confiarías en tu familia, no en lo que los demás dicen de mi.

—¡Remus es mi familia! La única que nunca me ocultó nada. Que no trabajo para Voldemort y estuvo conmigo.

—¿De verdad crees que yo trabajaba para Voldemort?—apretó sus puños.

—Tal vez, pero si no lo hiciste por mano propia, ¡Asesinaste a esos muggles, a Petter Pettigrew y también a tu mejor amigo!

—¡Eso es mentira!

—¡Asesinaste a los Potter!

—¡Cállate!—apuntó un trozo de madera con espirales de caoba blanca hacia mi—. Tú no sabes nada, no sabes la verdad y no te irás de aquí....

—¡Vas a matarme, eres un cobarde!—cada grito saliendo de mi garganta salía con más rabia que el anterior, tenía la mandíbula tensa y el ceño fruncido.

La Black que se enamoró de Potter IIWhere stories live. Discover now