CAPITULO 42

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1978

Me removí incomoda quitando la sabana que cubría mi cuerpo, intente moverme pero sentí un brazo rodearme entonces recordé donde estaba, un leve sonrojo apareció en mis mejillas, mire a mi lado contemplando a Sirius quien dormía abrazándome de la cintura sin intenciones de soltarme. Intente moverme sin despertarlo pero solo logre que su agarre fuera más fuerte pegándome a él, logrando que me volviera a sonrojar al sentir el torso desnudo de Sirius.

—Mmmm muy buenos días—Sirius pegó su nariz a mi cuello—. Siempre e amado tu olor a shampoo.

—Yo también te amo Sirius pero deja de hacer eso—le repliqué pero sólo logré que Sirius comenzará a besar mi cuello—. No otra vez.

—Pero si eres mía—me mordió y respingué—. Además no e terminado.

—Si ya lo noté—rodé mis ojos divertida y el río encantado.

—Que te puedo decir, despiertas mis instintos animales—continuo besando mi cuello, deje escapar un suspiro.

—Canuto basta—reí, me zafé y tomé la sábana para cubrir mi cuerpo, me pare evadiendo el brazo de Sirius que intentaba regresarme a la cama con él.

—Vamos preciosa, no me niegues que quieres más—me voltee dispuesta a bañarme—. Te ves tan sexy con solo esa sábana puesta—reí—. Aunque mucho más con esas marcas en tu cuello—corrí al baño y mire el espejo, tenía razón, varias marcas moradas de anoche se mostraban en mi piel blanca y una nueva roja estaba entre la zona de mi cuello y mi hombro.

—¡Eres un bruto!—le grité.

—No hay necesidad de gritar linda—voltee para verlo recargado en el marco de la puerta del baño—. Te lo dije, te vez sexy.

—Tienes suerte de que sepa cómo solucionarlo—rodé los ojos, prendí el agua y esperé a que se calentara. Una vez ya caliente abrí la cortina, mire a la puerta y el seguía ahí recargado como si nada, sin cubrirse aún. Rodé los ojos.

—¿Te gusta lo que vez?—me preguntó ladino mientras miraba todos mis movimientos como si yo fuera una presa.

—Eh visto mejores—hice un ademán con la mano restándole importancia sacudiéndola de un lado al otro, hizo un sonido inmenso de indignación. Eso era una gran mentira y Sirius lo sabía perfectamente ya que era el único que me había logrado poseer en cuerpo y alma. Además estaban de testigo las sábanas manchadas cuando fue nuestra primera vez juntos.

—Me has fallado Kára y yo que pensé que era el unico—se puso en plan de melodrama lo que me hizo soltar una carcajada—. Ahora se que soy solo uno más.
Solté una carcajada.

—No seas idiota—solté la sabana y le sonreí juguetona al ver su expresión de asombro, yo podía presumir ser de las pocas personas que desconcertaban a veces de su seguridad a Sirius Black, después su expresión cambió a una ladina—. Muéstrame que eres el unico Canuto—estire mi mano. Cerró la puerta detrás de él.

La época de felicidad duró muy poco, el año siguiente y nuestro último en la escuela llegó tan rápido nadie lo sintió venir, continuamos ocultando nuestra relación a los ojos de los demás con más razón a los puristas como Malfoy, Avery y todo el grupo de mi encantador hermano, los únicos enterados eran James, Remus y Peter, la reciente pareja del primer mencionado y nuevo premio anual (Lily) y por supuesto mi compañero de confianza Regulus. Pero entonces llegaron las vacaciones de invierno y la pesadilla comenzó. Dando paso a...lo que yo más temía.

—¿Estás dispuesta a traicionar a tu familia?—me gritó mi padre furioso.

—No, me niego a recibir aquello—hable con voz rígida.

La Black que se enamoró de Potter IIWhere stories live. Discover now