CAPITULO 40

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—Abran sus mentes, deben ver más allá—Ron dormitaba, Herms fruncía el ceño mientras al igual que Harry, solo que el con expresión aburrida, miraban la bola de cristal frente a nosotros, yo en cambio me peinaba una trenza distraída, quitando algunas puntas abiertas—. Inténtelo....¿qué tenemos aquí?

De reojo vi cómo Ron respingaba, yo continúe peinando mi cabello, solo me faltaba un pedazo.
—¿Podría intentarlo?—todos reaccionamos sorprendidos, yo más incrédula que nada al escuchar a Herms pronunciar esas palabras, preferí callar y ver que pasaba— yo lo vi, El grim.

Quise reír pero me contuve, enfoque mi mirada en otro lado, algo incomoda por la situación que se iba a presentar—. Mi niña desde la primera vez que viniste a mi clase, pude notar que tú no posees el arte de la adivinación—tomo su mano y señaló una línea de ella— si aquí está, eres joven pero el corazón que te palpita es como el de una vieja, tan seco como los libros que lees tan ansiosamente.

Fruncí mi ceño disgustada, Herms apartó su mano molesta, tirando la bola de cristal a su paso y saliendo del salón con paso apresurado. Los tres nos miramos incómodos.

—¿Dije algo malo?—preguntó la maestra, bufé.

—Al contrario—ironicé.

—Querida el sarcasmo no te llevará a ningún lado.

—Vea como lo hago—rodé los ojos y termine la trenza dejándola caer de lado.

Cuando salimos Ron llamo loca a Herms, lo tuve que pisar para detener su parloteó tonto, nos topamos con la bola de cristal que Herms tiro, como es usual Ron no quiso regresarla por la flojera de subir las escaleras, yo tampoco quería pero prefería acompañar a Harry a dejarlo a solas con esa loca de remate, la tomé entre mis manos, cuando casi llegábamos sentí una ráfaga extraña, un presentimiento.

"___" una voz habló en mi cabeza como en un susurró "___" parpadeé repetidas veces intentando ahuyentar esa sensación, al mirar la bola de cristal una figura diminuta y distorsionada con capa negra apareció en ella detectando unos ojos azul intenso. "El peligro está cerca, protégete porqué el mal regresará, protege a Harry.....juro que te encontrare, hallare una forma de salvarte, solo aguarda....." la imagen se desvaneció.

—¿Estás bien?—preguntó Harry quien llevaba la delantera.

—Si eso creo—respondí dudosa, me sonrió enternecido y tomó la bola de cristal entre sus manos, rozando nuestros dedos.

—Vamos ya casi llegamos—continuamos subiendo las escaleras, y las palabras de aquella extraña voz femenina resonaban en mi cabeza, se escuchaban tan familiares.

Harry colocó la bola en su lugar pero se detuvo en el último momento cuando yo casi ya llegaba a la puerta, miraba con el ceño fruncido al objeto de cristal cuando iba a acercarme algo me asusto. La profesora Trelawney tomó a Harry, quien relamió sus labios nervioso, y pronunció unas palabras con una voz extraña, aunque estaba lejos pude detectar lo que decía.

"El regresará esta noche, esta noche el que mató a sus amigos y los traicionó a muerte regresará. Se derramará sangre inocente, familias se unirán o destruirán, está noche amo y sirviente volverán otra vez a reunirse"

Su voz volvió a normalidad, tosiendo y extrañada le preguntó si algo había dicho, Harry negó y sin más salió a paso apresurado, tomando mi mano y jalándome para sacarnos de allí, y ese extraño suceso que se había presentado, además también escalofriante. Aún sentía mi piel erizada y ese extraño presentimiento no desaparecía.

El día de la ejecución llego tan rápido que nadie de los cuatro lo vi venir, todos llevábamos ropa cómoda para visitar a Hagrid, yo llevaba nuevamente amarrado mi cabello en una trenza de lado y vestía un pantalón junto a una chamarra delgada pero que permitía a mi cuerpo cubrirse del frío, de camino nos topamos con el Verdugo quien nos regaló una sonrisa para nada agradable, hasta fue repugnante, cuando pensé que no podía ser peor, nos topamos con Malfoy con unos binoculares como si lo que estuviera a punto de ver fuera un espectáculo.

La Black que se enamoró de Potter IIWhere stories live. Discover now