CAPITULO 7

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Canción: Alesso -  I wanna know


Ahora todo tenía sentido, Irina estaba obsesionada con Dimitri solo porque era el hombre al cual su padre le debía dinero, además de que ella era hija de un mafioso, esa era su oportunidad perfecta para ser la mujer poderosa que desea ser.

- Puedes darme más tiempo – el hombre habla en tono nervioso, mirando a Irina quien esta aun a la expectativa de una respuesta.

- Claro, y si quieres te doy una de mis propiedades en Rusia por si te quedas sin tu propias casa para que vivas allá. No me creas estúpido, cinco meses fueron suficientes, págame el maldito dinero, por algo estas en las Vegas.

- Ivanov, podríamos tal vez hacer una tregua.

- ¡Tregua mis cojones! – Dimitri lo sujeta fuertemente del cuello de su camisa. - Necesito el dinero a más tardar mañana en la noche- suelta al hombre y se acomoda su traje mientras me toma de la mano, para dirigirnos a la salida del casino.

- ¡Dimitri espera! – la voz de Irina se hace presente entre los dos.

- ¿No te cansas de rogar? – le responde este.

- No vengo a rogarte maldito idiota, dale más tiempo a mi padre, no lo mates, por favor.

- Eso debió pensarlo después de pedirme prestado dinero que no podía pagar.

- Mi padre tendrá el dinero, yo te lo daré en Seattle.

- Los negocios son con tu padre no contigo.

- Tal vez debas considerarlo – le susurro.

- ¿Estás loca? Después de lo que esta mujer te ha hecho, ¿me pides que lo considere?

- No quiere ver morir a su padre.

- Si le darás más tiempo solo porque esa mujer te lo pide, prefiero pagarlo mañana mismo.

- Dos días – dice fríamente. – Dos días más y me pagas el dinero, o lo buscare, y no de la mejor forma.

Dejamos a la rusa atrás y nos detenemos en la entrada del auto.

- ¿Y ahora qué? ¿De nuevo al hotel?

- Compre una propiedad, para los dos, no pienso quedarme en la casa de mi amigo toda la vida.

- De acuerdo.

- Nos mudaremos una vez arregle algunos asuntos con mi padre en Rusia – cada vez que lo menciona es como si lo odiara, como si fuera el de causante todas sus desgracias.

- ¿Cuando regresamos a Seattle?

- Mañana.

- Mi nana, quiere organizar algo por nuestro matrimonio.

- Pues iras tu sola, esos ambientes son ajenos a mí.

- Pues fue tu culpa por decirle que nos habíamos casado.

- ¿Ahora que sigue que quiere un nieto? Podría darte un bebé, saldría con lindos ojos.

- Eres un imbécil.

- Iremos a mirar algunas joyas. Hay algo en Seattle cuando lleguemos.

- ¿Que?

- Cuando estaba en Rusia, organizaba jugadas de póker en mi casa, pero como no estoy en mi casa, tuve que alquilar un sitio. ¿Quieres tener buenos negocios? Un camino son los juegos de azar, se bueno jugando y serás bueno con los negocios.

- No sé qué tengan que ver las joyas con eso.

- Eres mi mujer, la mujer de Ivanov debe ser glamurosa, a su altura. Debe demostrar poder igual que yo.

Esencia RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora