CAPITULO 11

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Canción: Dangerous night - Thirty Seconds to Mars

Aunque quisiera lo contrario, aunque sabía que por dentro quería hacerlo termino diciendo que no, porque tal vez mi orgullo, o lo que sea que viene a mi mente en ese momento podía más que las sensaciones que experimentaba.

- Deberías llevarme a casa – me alejo de él mientras me acerco hasta la orilla, temblando de frio.

- Como quieras – susurra y siento que sigue mis pasos.

Tomo mi ropa para colocármela encima de mi cuerpo mojado.

- Te puedo prestar otra camisa – sonríe con el comentario mientras ruedo los ojos.

- Gracias por esto.

- ¿Porque? ¿Por casi terminar lo que dejamos pendiente esa noche?

- No hablo de eso, me refiero a que nunca había hecho este tipo de cosas, de hecho no salía de la mansión.

- Te dije que te has privado de muchas cosas en tu vida Alessandra. Actúas como si fueras la prisionera de tu padre. Y él actúa como si supiera a lo que se enfrenta.

- Mi padre no siempre fue así.

- El poder ciega a los hombres, debes manejarlo, saber controlarlo. Debes saborearlo con cuidado como un buen vaso de coñac – sus labios dibujan una sonrisa.

Giorgio me conduce de nuevo a mi departamento, y lo que veo una vez entrar allí, me enoja, me deja furiosa, esta amueblado, hay una cama en la habitación, varias cosas en la cocina, y varios cuadros y más cosas que la decoran.

- ¿Tú has sido?

- Si – se encoje de hombros.

- ¿Cómo te atreves?

- No iba a permitir que vivieras en las penumbras como un búho.

- No estás en tu derecho, por favor saca estas cosas de mi departamento, yo no las pedí.

- No lo hare – dice seriamente.

- Pues yo si – intento mover las cosas y su mano detienen mi brazo.

- Se perfectamente que puedes costear tus cosas por ti misma, pero ahora estoy ayudándote, cuando tengas lo que te trazaste, cuando hayas cumplido tus metas, de desharás de eso, me devolverás el favor, o como quieras darme tu agradecimiento.

- Es que es eso lo que no quiero, no quiero tus favores Giorgio, no quiero que te involucres en mi vida.

Mis palabras lo han dejado perplejo, con un mirada fija en otro punto, está tratando de buscar que palabras decirme en ese instante, y cuando las tiene las deja salir.

- Me ha quedado claro que mujer eres Alessandra y tengo más que claro que no me quieres en tu vida, pero el ser testaruda no va a ayudarte en este momento, así que me retiro, no quiero incomodar más con mi presencia – se acomoda el traje y pasa sus manos por su cabello mojado-. Hasta pronto – vuelve a hablar y se va directo la puerta.

Tal vez no debí decir esas cosas tan fuertes, después de todo por su ayuda fue que vi a mi madre y hermana, no le importo enfrentar a mi padre, y ahora he sido grosera.

- No quería sonar grosera y descortés pero no me gusta que lleven el control de mi vida, he pasado la mayor parte del tiempo bajo reglas en esa casa, y simplemente me niego a seguir ese papel.

- Lo sé, no necesitas darme explicaciones. ¿Quieres cenar hoy?

- Yo.., está bien.

- En ese caso.. – una llamada a su móvil nos detiene se acerca hasta un punto específico para contestar pero puedo oír como murmura-. ¿Cuándo llegaste Novicov? De acuerdo, te mostrare lo que necesitas para llevar eso a cabo, nos vemos entonces en la noche – cuelga su llamada y se devuelve hasta donde estoy-. Me temo que debemos dejar la cena para otra noche, un amigo viene para cerrar un negocio y solo estará por dos días, espero me puedas comprender principessa.

Deseo ItalianoWhere stories live. Discover now