CAPITULO 23

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canción: Beyonce - broken hearted girl 

Despierto en una cama de hospital, Dalila está sentada intentando no dormirse en la silla que está allí a un lado de la cama. En cuando nota mi presencia despierta y me toma de la mano.


- Dalila.

- Aless.. debes ser fuerte para lo que te voy a decir.

- ¿Que? ¿Que estas queriéndome decir?

- Bueno...

- Dalila dímelo – mis lágrimas empiezan a caer.

- El bebé.. aún no sabemos si está bien. Nos pidieron que esperáramos una ecografía.

- ¿Dónde está Giorgio?

- Esta afuera – da un suspiro largo-. El simplemente se volvió loco, tuvieron que sacarlo de aquí porque no desertabas. ¿Quieres que lo llame?

Niego con la cabeza.

- Sé que se está culpando, cuando la única culpable soy yo, debí evitar discutir con él.

- Aless, las parejas siempre discuten, peo no te estas tomando las cosas con calma.

- No quiero perder a mi bebé – apoyo mis manos en mi rostro y dejo caer la lagrimas-. Sé que no llego en el momento más oportuno para los dos, pero no quiero que se vaya.

- Oh Aless... - mi hermana me abraza. Pasando sus manos por mi cabello.

- M vida cambio Dalila, mi vida cambio totalmente cuando lo conocí.

- Esperemos, ¿si?

Había sido débil siempre, había sido una niña dejándose afectar por todas las cosas malas, por todas ellas, y ahora debía ser fuerte, debía sacar fuerzas de done quizás nunca las tuve, si lo mejor para los tres era devolverme sola sin él a Venecia lo haría, lo haría sin refutar, lo haría por mi hijo.

La situación en Nápoles, no podía continuar así, claramente las cosas se estaban saliendo de control, y Giorgio intentaba mantenerlas ocultas, intentaba que no descubriera lo que estaba sucediendo, pero lo hacía no porque no me tuviera confianza, lo hacía porque no quería que me preocupara e hiciera lo que hice en la mansión.

- Buenas noches – la doctora llega con el aparato y estoy perdida en un solo pensamiento. Las cosas en mi vida nunca han salido bien, siempre empeoran.

- Buenas noches – responde mi hermana.

- ¿El padre del bebé es el hombre que está afuera? – enarca una ceja.

- Si – musito-.  Es él.

- Se veía muy mal, ¿quiere que lo deje pasar?

Agacho mi cabeza.

- Aless, responde.

- Si – musito-. Déjelo pasar.

- De acuerdo – sonríe.

La mujer deja que entre, y luce en un estado que jamás había visto, sé que está desesperado por buscar una salida a todo esto, por abandonar la vida que ha llevado durante todos estos años, y me parte el corazón.

- Aless, sono spiacente (lo siento) – dice tomando mi mano con la suya-. No debí discutir contigo, no debí decirte todo eso y menos altearte.

- No es tu culpa, no lo es.

- Bueno, necesito verificar el estado del bebé – la mujer empieza a preparar todo para hacer la ecografía y los nervios me consumen por dentro, pasa la maquina por mi vientre y sonríe-. Está bien, de hecho está muy bien.

Deseo ItalianoWhere stories live. Discover now