Deseo Italiano

CAPITULO 16

Canción: Depeche mode - enjoy the silence

Giorgio fija su vista hasta otro punto, buscando las palabras adecuadas mientras me encuentro estática esperando su respuesta.

- Debes saber que hay cosas que he hecho que me atormentan, cosas que me seguirán hasta el último día de mi vida.

- Si no quieres decirlo..

- No Aless, yo debo decirlo. Porque me ves como un hombre opuesto a lo que en verdad soy, soy una persona podrida, un ser sin alma, un completo monstruo.

- No lo eres, y no te quiero seguir escuchando, yo solo veo en este instante al hombre que está enfrente de mí y es con el que siempre quiero estar.

- ¿Eso quiere decir que te quedaras conmigo? – enarca una ceja y da una sonrisa.

- No he dicho eso, aun no estoy segura. Sé que me ves como una niña a tu lado, sé que me ves como la inocente Alessandra.

- A mi me gusta la dulce Alessandra que ven mis ojos azules todos los días, eres como el sol que ilumina la Toscana – me abraza y rodeo su espalda con mis brazos, es reconfortante estar a su lado, y sin duda será el mejor de mis refugios-. ¿Qué es lo que querías decirme? – nos separa y fija su vista de mí.

- Yo... estaba pensando en decirte que si la fórmula del vino funciona, podrías abrir de nuevo la fábrica y recuperar la tradición – tonta Alessandra, cobarde, dile que te has enamorado de él. Dile lo que sientes.

- Claro que si – sonríe-. Mañana hablare con los encargados de la bodega y la destilación.

- ¿Entonces puedes reabrir el viñedo? – sonrió.

- Si la formula funciona sí.

- Eso es magnífico, la tradición de tu abuelo volverá y la gente volverá a degustar del vino.

- ¿Porque te emocionas tanto por ello?

- Porque siempre ha sido tu deseo el reabrir el viñedo.

- ¿Te alegras por que yo pueda cumplir el sueño que quería de niño?

- Si

- Eres magnifica, alucinante, dulce, no mereces que te lastime.

- Tú no me has lastimado.

- Quizás si – me toma de las manos y me acerca hasta él, besándome de manera descontrolada me levanta en sus brazos y me conduce a la habitación.

- Giorgio la cena – murmuro

- Puede esperar – ríe y vuelve a besarme.

Mis brazos descienden hasta sus botones dejando su pecho al descubierto mi boca recorre todo su perfecto abdomen mientras él se deshace de mi vestido, pasa sus manos por mi espalda y quita el sostén,Dejando mis senos al descubierto.

Sus labios carnosos besan mis pezones y mis piernas temblorosas se aferran a su cintura empujándolo a hacer contacto conmigo, quita sus pantalones junto a su ropa interior, entrelaza las manos con las mías y me mira con una sonrisa cálida, perfecta, la sonrisa que cada vez que aparece en sus labios me hace perder la compostura,se hunde de un solo movimiento lentamente, disfruto la sensación que produce el que este dentro de mí, disfruto como me hace el amor.

Entra y sale suavemente, con una precisión en sus movimientos,con la habilidad que siempre lo ha hecho. Con el deseo que me trasmite de entregarme a él. He querido que deje de ser el hombre tierno en la cama. Que me entregue la pasión descontrolada, su lado más posesivo, y más sensual. Pero no lo ha hecho, me ha tratado de una forma diferente.