CAPITULO 20

130K 8.9K 1.5K
                                    

Canción: Better love - hozier

Las calles mojadas de Londres me reciben, estoy tratando de asimilar aún la decisión que he tomado. No se si es la correcta, menos si esto es lo que en realidad quería.

Leo se ofreció a acompañarme al aeropuerto hubo muchas lágrimas, sonrisas y buenos deseos, pero la tristeza seguía allí.

Miro y releo una vez más el papel en el cual está el número de mis residencia temporal, aún sigo sin creer en el mensaje que recibí de Giorgio, destrozó mi corazón y una vez más me hizo ver como la Alessandra que cree en sus juegos. Pero una parte de mi, una a la que Leo llamaria "la parte más cuerda de ti" me gritaba, me pedía que reaccionará que ninguna de estas palabras eran ciertas.

Trato de tragarme mi dolor, empezaré a trabajar para Devan Myers eso es lo único que debe importarte. Pero no era la único que mi importaba, me importaba el hombre que estaba a mi lado, me importaba el hombre que estuvo conmigo en estos meses, eso era lo único que me importaba.

Y yo la débil, la ingenua, la tonta Alessandra estaba huyendo de él, de nosotros,tal vez Lorenzo no había logrado separarnos pero yo si lo había logrado.

El taxi aparca en el enorme edificio de cerca diez pisos, subo a mi departamento que se encuentra en el segundo, una vez tengo las llaves que me han dado en recepción, giro la perilla y contemplo lo que podría convertirse en mi futuro y en mi oportunidad de pasar cerca de un año aquí en Londres.

Me dejo hundir en la cama tan suave y reconfortante, abrazandome a una almohada, no puedo fingir que estoy bien porque definitivamente no lo estoy.  Lloro recordando cada escena, cada momento, cada situación, cada una de esas cosas que se cruzan por mi mente abren, rasgan y deterioran mi débil corazón.

Que débil eres Alessandra siempre lo has sido y siempre lo serás - mi subconsiente me arroja con brusquedad a mi jodida realidad.

Las horas pasan y he adoptado la postura se un cachorro cuando lo abandonan, miro de reojo mi teléfono móvil, un sin número de mensajes se instalan en el buzón, unos son de Leo, otros de Dalila, de mi madre, pero ninguno de él. Ninguno de la única persona que se ha robado mis pensamientos en estos dos días.

Decido que no es sano seguir torturandome y ver algo que es posible que jamás aparezca, porque quizás lo que me tenía que decir, lo único que tenía que decirme ya lo ha dicho, quizas..

Y entonces vuelvo a ser esa chica, esa mujer que se sentía vacía consigo misma, vuelvo a hundirme en ese pozo de eterna oscuridad y tristeza.

El día de entrevistarse con Devan llega, y sigo mi rutina de jugar con la liga de mi cabello cada vez que estoy nerviosa, porque es verdad, tengo los nervios al tope.  Siento que me voy a quedar muda y alguna estupidez saldrá de mi boca.

- Señorita De Santis, el señor Myers pide que ingrese a la oficina - La chica de recepción me hace el llamado, luce un traje de lino perfectamente pulcro de un color lila y su cabello castaño recogido en un perfecto moño.

- Gracias - tomo mis cosas de la pequeña mesa en las que antes repsosaba mi bolso y una libreta.

El pasillo hasta esa oficina se me hace eterno, tedioso, y largo. Golpeó la puerta antes de entrar y una voz ronca, masculina me da la señal de que puedo entrar.

- Buenos días señor Myers - cierro la enorme puerta de madera detrás mio y fijo mi vista en el hombre que está de espaldas mirando el paisaje de la sonriente Londres desde sus silla giratoria de cuero negro.

Deseo ItalianoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz