Entró al departamento, suspiró, la noche anterior había sido horrible, se quedó toda la noche despierto pensando en su pelea con Harry, una de las tantas peleas que tienen en la semana.
Tenía que tomar más ropa para irse al departamento de su hermano, quizá pasara algunos días más allá. Si estaba cerca de su novio lo más probable es que volvieran a discutir y no quería que las cosas se salieran de control.
Caminó hasta el salón y se encontró con su novio durmiendo en el sillón, apenas cabía ahí. Se agachó a su lado y acarició su cabello, secó con su pulgar las mejillas un tanto húmedas, lo último que quería era hacerle daño a Harry.
-Hey.-Sonrió viendo como el mayor abría lentamente sus ojos.-¿Qué hora es?
-La 11 de la mañana, es temprano aún. ¿Por qué dormiste aquí?
Harry bufó.-Supongo que me quede dormido mientras veía un poco de televisión, así que ¿Qué haces aquí?
-Vivo aquí, recuerda eso.-Su voz salió suavemente, sin reproche.-Además hoy no tengo clases en la Universidad.-Si, después de todo si entró a estudiar, aún así lo que le pasan sigue siendo fácil para él.-Hazme un lado.
Su novio se acostó de lado dejando un pequeño espacio en el sillón en el cual él se recostó.-Harley...
-Te amo.-Lo abrazó, dejando caer su cabeza en el pecho del mayor.-Siento lo de ayer, fue estúpido, no debo tratarse así, no cuando sólo intentas ayudarme.
-No importa.
Levantó la vista.-Si importa. No quiero que las cosas estén mal entre nosotros, la única razón porque sigo de pie es por ti. Si tú no estuvieras, yo me habría derrumbado con lo de mi padre.-Le dio un leve beso.-Eres lo más importante en mi vida, Harry y lo último que quiero es perderte a ti.-Lo besó por más tiempo.-¿Qué dices de comer comida china mientras miramos alguna de esas series que tanto te gustan?
Harry sonrió.-Eso me gustaría mucho.-Gimió al sentir la mordida en su labio.-Te amo.
-Cursi.
-¿Me lo dice quien me dijo cosas cursi hace un momento?
-No he dicho nada.
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Dobló sus piernas, quedando a una estatura adecuada para hablar con su hija menor.-Barbilla arriba.-Con sus manos elevó la barbilla de Frigga.-Necesitas tener la postura correcta.
Ella asintió.-¿Podré sacar conejos de un sombrero?
Cerró los ojos, iba a golpear a Lang por enseñarle ese tipo de magia a su hija, eso sólo eran trucos baratos.
-No, Frigga. Harás cosas muchas más grandiosas que sacar malditos conejos de sombreros estúpidos.
-Pero...
-Nada de peros.-Suspiró.-La magia que posemos es mucho mejor que esa que te enseñó, Scott Lang.
La pelinegra asintió.-Bien.
-Necesito que te concentres, saber la controlar la magia puede ser realmente difícil, pero sé que tú lo lograrás, sólo debes ser capaz de concentrarte y no distraerte con na...
-Loki, ¿Cuándo crees que lloverá?-Thor entró al salón mascando una manzana.-Quiero que Frigga vea los rayos.
-Me gustan.-La niña corrió hacia su padre.-Puedes hacer rayos ahora, eso sería...
-Fantástico.-Gritó Thor.-Espera, tenemos que hacerlo ahora, ¿Bien?-Su hija asintió.
Para su mala suerte, Frigga estaba tan interesada en la magia como Thor estaba interesado en leer, nada. Esos dos eran tan parecidos que creí que era su castigo por todo lo malo que ha hecho, vamos, que no ha sido tan malo.
Frigga sonrió.-Podemos ir...
-Ninguno de ustedes irá a algún lado.-Se paró del suelo.-Tú se supone que estás cocinando, pero supongo que ya está todo quemado.-Thor miró hacia otro lado lo que confirmaba lo que decía.-Y tú, Frigga, estamos practicando.
-La magia es aburrida.
-Me rindo.-Se encogió de hombros.-Es igual que tú.-Apuntó al castaño.-¿Por qué no aprecian lo maravillosa que es mi magia?-Salió del salón yéndose a la biblioteca que tenían.
Thor suspiró.-Creo que se enojó.
-No para nada, imbécil.-Thor y su hija saltaron al oír ese grito.
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-Y entonces sólo comienzas a girar tu mano de esta manera y como ves se irá abriendo un portal al lugar que tú decidas ir, es muy útil y...
El sonido de unas llaves lo colocó en alerta, dejó de hacer un portal y miró al niño frente a él.-No le digas nada a tu padre, sólo estábamos hablando sobre las operaciones más difíciles de realizar, si eso suena bien.
La puerta se abrió, siendo cerrada suavemente, al parecer Everett venía de buen humor.
Se paró del sillón y caminó hacia su pareja.-Buenas tardes, cariño.
-Buenas.-Everett sonrió mirándolo.-¿Dónde está William? Dime que no lo perdiste de nuevo, Stephen.
-Esa vez yo no lo perdí, él se perdió.
-Ajá.-William caminó hasta él y le dio una sonrisa nerviosa.-¿Qué estaban haciendo? Espero que no le enseñaras nada de magia, Stephen.
El pelinegro se llevó la mano al pecho, una argolla brillo en su mano.-Por supuesto que no. No hice tal cosa.
Everett miró a su hijo.-¿Te estaba enseñando magia?
Stephen desde atrás negaba con la cabeza.-No.-Respondió el niño luego de ver a su padre.-Nada de magia.
-Te lo dije.
-¿Si sabes que frente a mi hay un espejo y veo las señas que le haces no?
-Sabía que debía quitar ese espejo de ese lugar.
-Si, deberías.-Everett miró a su hijo.-Tú deja de oír al loco de tu padre hablar sobre la magia. Tienes sólo 6 años, no aprendes de eso aún.
William asintió.-¿Qué hay de lo de las cirugías? Papá me enseñaba como debes operar a las personas y con cuales puede ganas más dinero.
-Stephen, no.-Miró a su esposo, hace un año medio que se había casado.-Nada de esas cosas, nada de magia, nada de cosas del Gobierno, nada de tus operaciones y mucho menos harás que nuestro hijo se interese más en el dinero, no quiero un engreído como tú.
-Ya no soy más así.
-Porque ahora eres pobre.
El pelinegro se encogió de hombros.-No es una mala vida si te tengo a ti, Everett.-Su hijo bufó.-Y William, claro.
William negó.-Sólo me usas para mentirle a padre.
-No te uso, es un negocio, recibes dinero de mi parte, niño.
Everett se rió.-Ustedes dos vengan acá, necesito ayuda con lo de cocinar, así que...-Caminó hasta la cocina.-Eso sí, no quiero que se acerquen a la olla, sólo me pasaran las cosas.
-No confía en nosotros.-Dijo el niño.-Es tu culpa.
-No me apuntes a mí, William.-Stephen negó.-Tú fuiste quien no se fijó en la comida aquella vez.
-Tenía 5.
-Igual no te fijaste.
