Nat entró al taller encontrándose con Bruce revisando unos planos.-Me enteré que ella te invito a salir otra vez.
-Nat, no yo...-
-Lo entiendo. Ella es una chica mejor para ti, es alguien con una carrera y buena, todo lo contrario a mí, ella es impresionante, entiendo que quieras estar con Betty, ella jamás sugeriría que Dalia aprendiera a disparar a tan corta edad, lo sé.-La rubia metió sus manos en su chaqueta.-Espero que te vaya bien con ella. Eres alguien que merece ser feliz, Bruce y yo voy a apoyarte en la decisión que quieras tomar aún cuando no me guste.
Bruce la miró con una leve sonrisa.-¿Por qué haces esto?
-¿Qué cosa?
-Esto. Ponerte siempre como si no fueras buena, como si no valieras la pena, si eres una espía y tuviste un pasado malo, lo sé, Nat, sé lo que hiciste, pero no soy mejor que tú o que los demás, he hecho cosas malas también, no soy un santo.-Bruce se cruzó de brazos.-Y si, ambos tuvimos esta vida sin tener la elección de ello, pero ambos elegimos cambiar luego cuando nos unimos a este equipo.
La rubia asintió.-Bruce, esta soy yo, intento cambiar, mejorar, pero no puedo dejar todo de lado. No soy la mujer que te pedirá ayuda en algún momento, no necesito de nadie para lograr algo, sólo a mí, no soy la mujer que dirá cosas cursis porque no soy así, pero soy la clase de mujer que va a apoyarte siempre que me necesites.
-Eres tan fuerte y es así como quiero que sea nuestra hija.
-¿En serio?
-Si. Eres la mujer más perfecta que he visto, Natasha.
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Pietro movió la cabeza viendo como su hijo lo miraba fijamente mientras le cambiaba ropa, sonrió.-Me pregunto donde está el idiota de tu padre.-Tomó los calcetines y se los colocó.-Te ves tan hermoso.
La puerta se abrió.-Papá.
-¿Si, Alice?
-Evan no me da de su cereal.
-Oh. Tú tienes cereal, Alice.
-Pero quiero el de Evan.
-No.
-Papá...-La niña hizo un puchero.
El platinado negó.-Tienes el tuyo, deja a tu hermano.
-Sólo quiero un poco.
-¿Se lo pediste con amabilidad o le exigiste que te de?
-La segunda.
-Muy mal, señorita.
-Los modales hacen al hombre.-Dijo Clint entrando.
Pietro se rió.-Hola, Clint.
-Hola, mi amor.-Besó su mejilla.-Mira, si el nene se ve hermoso.-Dijo tomando a su hijo.-Te falta un gorro, afuera hace mucho frío.
-¿Estás seguro que quieres ir a pasear con todos? Sabes que me puedo quedar con los chicos y...-
-Mi familia se viene conmigo.-Clint tomó su mano sosteniendo con la otra al bebé.-Aún cuando seamos muchos. Quiero un relajado paseo por el parque con las razones de que mi vida sea buena.
-¿Y mi cereal?
El platinado suspiró.-Alice, pídele a tu hermano con amabilidad, no como salvaje.
-Bien.-Ella se retiró del lugar.
-Te ves lindo y sexy en tu papel de padre.
Pietro rodó los ojos.-Deja de coquetear y vámonos.
