Las cosas bonitas no duran para siempre y eso es algo que Dulce sabe muy bien, contrajo matrimonio con un hombre que creyó el amor de su vida, entonces las sombras llegaron y su cuento de hadas se convirtió en una historia de terror.
Christopher com...
Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
Dormían abrazados debajo de la sombra de un árbol hasta que el sonido de algunas aves silvestres los hizo despertar.
—Son unos celosos—Mencionó Chris mientras abrazaba a Dul y sonreía observando a las aves.
—Son encantadores—Ella se levantó a buscar su ropa— ¿Qué hora es?
—Todavía no es hora de volver—Buscó su pantalón—.Quiero que pasemos juntos otro rato, no hemos comido nada, además debes alimentarte porque estás muy delgada. Esta mañana me encontré a Matilda en el camino y me dijo algo relacionado.
Ella tragó grueso, con todo el ajetreo el día anterior no cenó y este día no aceptó el desayuno.
—Esta bien pero no me regañes, no he tenido mucha hambre.
—No es un regaño, es que me importa que estés bien, deberíamos de considerar un estimulante de apetito-.Se tornó serio no le gustaba que jugara con su salud.
—Esta bien te prometo que me alimentaré mejor pero cambia esa cara.—Ella hizo puchero y él un gesto.
—Confío en ti caradura, también deberías pasarte por mi consultorio para una rutina de exámenes.
—Esta bien doctor Casillas aunque creo que a veces exagera.
Él la observó desde la distancia, dejó relucir su sonrisa y se lanzó a abrazarla.
—No exagero, jamás exagero tratándose de ti, porque eres mi tesoro y no te quiero perder. Ahora volvamos a la casa.
—Eres lo más bonito que ha podido llegar a mi vida, prométeme que nunca vas a cambiar.—Lo miró a los ojos con tristeza.
—Jamás—Besó su mano en la que pudo observar la argolla dorada que brillaba más por los rayos del sol.
Avanzaron tomados de la mano hasta la casa.
—Es pequeña pero acogedora—dijo Chris mientras abría la puerta.
—Es perfecta—Dul se tiró sobre un mueble y desde allí observó el lugar, una cama, una fogata, televisor, minibar, en el centro de mesa habían unos bonsaí, le llamó la atención en especial una pared que estaba cubierta por un cuadro de extraterrestres, frente a ella una colección de skates y cinco guitarras autografiadas—¿Qué es esto?—.La curiosidad le pudo y se acercó a tocar.
Él se encontraba en la nevera buscando lo que iba a necesitar para cocinar cuando la escuchó.
—Ese es mi rincón, allí tengo las cosas más valiosas para mi—Tomó unas botellas del refrigerador—.Ahora solo falta una fotografía tuya.
—Eres todo un adulador y sabes ¿Qué? Lo peor es que me encanta—Se acercó a él, se tiró y enronscó sus piernas en las caderas de él, le dio un par de besos mientras le revolcaba el cabello que le encantaba ver desorganizado.
