♡《16》♡

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Dulce se zafó del agarre de Christopher y avanzó a pasos rápidos hasta la entrada de su casa, antes de entrar respiró hondo y se tranquilizó, abrió e ingresó sin mirar atrás, el camino de olvidarse de él sería difícil pero es lo mejor que puede ha...

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Dulce se zafó del agarre de Christopher y avanzó a pasos rápidos hasta la entrada de su casa, antes de entrar respiró hondo y se tranquilizó, abrió e ingresó sin mirar atrás, el camino de olvidarse de él sería difícil pero es lo mejor que puede hacer para no seguir haciéndose daño.

Catalina estaba frente el comedor mientras Matilda retiraba los platos de la mesa, ambas giraron a la dirección de la entrada al escuchar el fuerte portazo que había propiciado Dulce al ingresar.

Dulce siguió si camino hasta ellas.

—Buenas noches señora —Saludó Matilda antes de retirarse con los platos -¿Le sirvo la cena?

Dulce se percató de los dos lugares que antes estaban puestos, se imagó a Christopher con esa mujer ahí y le dio nauseas.

—No, gracias. Prefiero ir a descansar. —Volteo a ver a Catalina- Buenas noches. —dio unos pasos hacia la escalera para retirarse.

—Buenas noches querida —respondió Catalina inquieta al ver a Dulce de la manera en que estaba pero la dejó marcharse,  ya que ella tenía planes esa noche.

Dulce se tumbó en la cama un rato, pensó en Christopher, pero decidió distraerse con otra cosa o nunca lo superaría, se dispuso a mirar las imágenes que captó ese día junto a sus seres queridos, la sonrisa era muy real como hace tiempo no la lucía.

Después se desmaquilló, bañó y colocó el pijama para descansar, sintió alivio al ver que al parecer Enrique no llegaría esa noche.

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Enrique se encontraba en un bar, estaba irascible, colérico. Había perdido la cuenta de cuanto licor había ingerido. Trataba de olvidar lo que le sucedió hacía un par de horas, el alcohol se deslizaba por su garganta y quemaba, ardía pero no era lo suficiente para borrar aquel episodio.

Hace unas horas se encontraba en uno de los prostíbulos en los que él era socio, quiso tener sexo con una chica nueva, la sensación de aquel lugar pero su miembro viril no reaccionó, estaba muy flácido, por lo que se frustró demasiado y golpeó a la mujer en varias ocasiones, pues la culpó de que ella no era lo suficientemente buena para hacerlo reaccionar. Probó con un par de chicas más y nada, iracundo salió de aquel lugar dispuesto a borrar su pena con el alcohol.

Bebió y bebió hasta que decidió retirarse, su cuerpo deseaba sexo y él no se quedaría con la ganas esa noche.

Canceló la cuenta y tambaleando se condujo hasta su auto emprendiendo el camino a su casa.

Caminó torpemente hasta su habitación. Una vez dentro observó a su esposa dormir, sonrío gustoso y empezó a desvestirse, quedó solo en bóxer y se acercó a la cama, de un solo jalón retiró la sábana que la cubría a ella.

Me Declaro Culpable ©Where stories live. Discover now