♡《09》♡

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Todo marchaba de maravilla, Dulce ya llevaba ejerciendo de odontóloga quince días, pocos, pero en los que se ha sentido útil, la gente es muy agradecida y sus pacientes en mayoría niños que son tan tiernos

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Todo marchaba de maravilla, Dulce ya llevaba ejerciendo de odontóloga quince días, pocos, pero en los que se ha sentido útil, la gente es muy agradecida y sus pacientes en mayoría niños que son tan tiernos.

Salir de su casa la ha llenado un poco de vida, ver a Christopher casi siempre, aunque sea en un tiempo mínimo le ha sentado muy bien porque se siente protegida, valorada y amada.

Su aspecto físico ha mejorado considerablemente ,las ojeras no son tan notorias, sus mejillas sonrosadas, Christopher la hace comer si o sí y las historias de vida de algunos pacientes le llenan el alma.

—Debes de comer menos dulces —Le indicaba al pequeño Camilo— Y cepillarte los dientes después de cada comida, eso evitará las caries y el dolor.

—Sí lo haré —Sonrío— Muchas gracias, eres muy linda y buena, por eso ya no me da tanto miedo venir al odontólogo.

—Si lo viera que se empieza a alistar mucho antes de tiempo —Respondió la madre del niño.

Dulce sonrío ante los comentarios, realmente le agradaba escuchar eso.

—Nos vemos en una próxima cariño.

Ese niño era su último paciente del día, aún le quedaba algo de tiempo para marcharse por lo que se dispuso a revisar las carpetas y citas pendientes.

—¿Cómo está la odontóloga más bella de todas?—Christopher la sorprendió, llegó con un paquete y es que siempre que entraba a esa oficina llevaba algo.

Ella dejó de hacer lo que estaba haciendo para prestarle atención en los escasos quince minutos que podían permanecer ahí para no generar sospechas.

—Excelente. Y mi doctorcito favorito?

—Mejor que nunca porque veo lo que quiero. Me encanta tenerte tan cerca de mi y saber que estás bien —La abrazó— Me encantan tus ojos brillantes y tu sonrisa de niña bonita.

Empezó a desempacar lo que traía, ensalada de frutas con helado, definitivamente la tenía muy consentida.

—Y eso tan rico para quién es? —Preguntó ella coqueta.

—Todo lo que tienes frente a ti es solo tuyo —Le guiñó e l ojo.

Dulce tomó un trozo de fresa y colocó mitad en sus labios para después dirigirse a los de Christopher quien tomó la mitad libre y la mordió terminando en un beso.

Comían animados y dandose cariñitos mutuos, ella permanecía refugiada en los brazos fuertes de él.

—Te amo tanto —Le susurró ella.

Me Declaro Culpable ©Où les histoires vivent. Découvrez maintenant