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Muchas gracias a tod@s por la paciencia. Acabo de empezar mis vacaciones y a veces no es fácil ponerme a escribir. Como sabéis intento subir casi un capítulo al día pero si en algún momento no puedo. Lo siento, seguro que no es porque no lo haya intentado. 

Acepto apuestas y nombres para capítulos siguientes. Tengo posibles tramas en mente y vuestros comentarios me ayudan bastante. 

Como muy bien habéis deducido, el capítulo anterior con la imagen, la letra de la canción y la última frase os daba pistas sobre este y sin ir más lejos, este hace lo mismo. 

Espero que este, esté siendo vuestro verano.

Un besazo enorme y de nuevo, no se cómo agradecer todos los comentarios las estrellas y las lecturas. 


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LO MALO DE MI LADO OSCURO ES QUE SE ACLARA CUANDO TE VE 

anónimo


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PV Amaia

Lo que acababa de imaginar no iba a pasarme a mí, al menos, no esta noche.

En definitiva esto suponía un reto pero iba a ser peor si no lo intentaba nunca.

- Alfred, por favor, no te vayas

Y le grité de un modo desesperado mientras me acercaba a él que ya se había dado la vuelta y permanecía de pie esperando mi tacto.

- No me dejes.

Le rogué de nuevo que no se moviese de mi lado y le apreté lo más fuerte que pude. Las lágrimas caían por sus ojos pero no las veía, solo percibía como llegaban a mi hombro.

Aquel abrazo era mejor que cualquier beso, notaba su corazón acompasándose al mío. La belleza de la sensualidad de sus manos en mi espalda, la timidez de mis manos en su nuca, nuestra calidez sintiendo mucho más que una necesidad... no podía exigirle más a la vida.

Estaba calaíta de su miedo y del mío. Quería preocuparme sobre el futuro pero la seguridad que me daban sus brazos me lo impedía. Tras un abrazo eterno que a mí me pareció un suspiro, separamos nuestras caras para ponerlas de frente pero nuestros cuerpos seguían sujetos en un efímero paraíso.

Su frente apoyada en la mía y su nariz rozándome poco a poco despertaron y destaparon la mayor de mis sonrisas mientras me tragaba una a una las lágrimas que terminaban de crearse en mis ojos. Degusté su sonrisa a un palmo de mis labios y a pesar de encontrarme en un laberinto de sensaciones, esta vez, no me importaba besarlo o llevarlo a mi cama. Solo luchaba porque no se separase de mí en aquel bunker y no volviésemos a la realidad. Esa que en el fondo nos había hecho tanto daño y a la que debíamos enfrentarnos tarde o temprano.

- Lo siento, Amaia.

- No tienes que sentir nada. Mi respuesta es sí. Sí quiero ver qué pasa, sí quiero entender tu vida de ahora, sí quiero ayudarte y apoyarte... aunque...

- Aunque no quieres compartirme ¿no?

Y quise bajar mi frente pero, me soltó de la cintura y cogiendo mis mejillas en sus manos me dijo:

Hast A marteWhere stories live. Discover now