Meraki

1.4K 99 65
                                    


¡Buenas noches! 

Aquí está el de ayer y el de hoy.

He intentado hacer una recopilación de todos los que ponen una estrellita  de esas que ponéis a la derecha arriba o al final pero sois muchos y seguro que alguno se me olvida así que... 

Este capítulo doble va, con mucho cariño y amor para vosotrxs, las estrellas que están dando luz a esta historia.

:::::::::::::::::::::::

Para mis comentaristas, me divierto muchísimo leyendo pero se os siguen escapando cosas, aunque para ser sincera, habéis evolucionado mucho. 

Tanto que ya me estáis haciendo pensar más. 

....

CUANDO LEAS, OLVIDA, EL MUNDO SEGUIRÁ ESTANDO AHÍ PARA CUANDO  RECUPERES LA MEMORIA

L.C.G

......................



PV Alfred

Dejé de darle vueltas a Amaia soltándola en el suelo y, con una mano agarrada a ella, le cedí la otra a Catalina. La habría besado solo por querer tirarse conmigo sin saber dónde iba a caer pero no era el mejor momento. Tenía que darme por raciones y no podía, bajo ninguna circunstancia, hacer sentir a una por debajo de la otra.

- Pues, Amaia, quiero proponerte que nos permitas a Catalina y a mi acompañarte a uno de tus conciertos por el norte. Se que en poco tiempo empiezas tu gira y sería una buena oportunidad para conocernos.

- ¿Cómo? Pero por qué vamos a acompañarla y además si ya nos conocemos...Ni que fueseis pareja o algo.

Las caras de Amaia en mitad de la calle mirándome a mí, a ella, a mí y de nuevo a ella, reflejaban la incoherencia de la proposición y la pregunta tan acertada de Catalina. Tenía que responder rápido porque además esta respuesta era un deber mío.

- A ver, no somos pareja, somos...amigos, pero no queremos perder el contacto, queremos ver cómo son nuestras vidas ahora y no se sabe nunca el futuro pero...

PV Amaia

¿Cómo es eso de que iban a acompañarme? Si querían venir como público no podía impedírselo pero no se por qué creo que esto iba a ser como el típico campamento de verano donde, vas a hacer nuevos amigos pero, también enemigos.

Y él estaba tan contento que no podía parar de sonreír a pesar de que, todavía, no nos había contado claramente sus planes. Ya había durado mucho sin poner pegas.

- Me parece estupendo, nos vamos de viaje, si acaso, vamos a verte cantar. Tú estarás ocupada con tus ensayos y nosotros hacemos turismo. ¿Podemos irnos ya a casa a cenar?

- No, Catalina, voy a cenar con Amaia, había quedado con ella, si quieres te vienes con nosotros, si no, te dejo en casa.

- Pues, si no hay otro remedio. Iré con vosotros. Al fin y al cabo, aquí somos todos amigos ¿no Amaia?

Y asentí porque no quería problemas pero lo que menos me apetecía del mundo era tener que compartir a Alfred con nadie y muchísimo menos, con ella.

Hast A marteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant