Mamihlapinatapei

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Perdonad la hora pero el capítulo es tan largo y lleva tantos matices que he tenido que dividirlo en dos. Seguramente se me hayan escapado fallos pero quería subirlo. Lo siento.


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A veces vemos más allá de lo inexistente mientras la verdad la tenemos delante de nuestros ojos


Gracias como siempre por leer y por los comentarios. 

Mañana más.


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PV Amaia

  - ¿Acaso habías pensado que la noche terminaría aquí?  


- ¡Daviddddd! ¡Cuánto tiempo! ¡Ohh  qué ilusión! He visto a Marta pero no sabía que tú también estabas.

Marta había sido junto a David dos de mis ángeles de guarda tras la ruptura con Alfred. No había semana sin recibir un mensaje preguntándome cómo estaba u ofreciéndome su ayuda. Nunca le he contado a nadie lo importante que fue para mí que sus amigos y sobre todo, sus padres, no me dejasen de lado. Ellos sabían que yo había sido la gran culpable y sin embargo, nunca se olvidaron de mí.

- ¿Oye, te importa si compartimos taxi? Necesito ir a un sitio urgente y la parada se ha quedado vacía.

Me lo dijo con tanta vehemencia que, cómo iba a decirle que no tenía mi mejor noche después de haber descubierto a Catalina y haber visto con mis propios ojos el amor que existía entre ellos. Compartir taxi era como devolverle un poco el haber estado ahí.

Aitana no debió de pensar lo mismo porque su cara era todo un cuadro abstracto. Parecía que no le caía bien David y no llegaba a entender por qué. De hecho se acercó y le dijo:

- David, ¡hola qué tal! Perdona que no te he saludado, sigues viviendo en el Prat, ¿no? Pues es que hoy es el día de las casualidades. Yo me he traído mi coche y te acerco. Así Amaia, que está cansada, se puede ir porque mañana tiene que ponerse a componer... tú sabes, la vida del artista je je

Desde luego, creo que Aitana se había convertido en otra persona. La cara del taxista viendo como David se quería montar, Aitana insistía en llevarlo y yo dentro, observando embobada la escena, debió de ser lo mejor de su noche.

El teléfono de David no paraba de sonar y me estaba poniendo nerviosa así que me metí hacia adentro tiré de su brazo lo introduje casi en el coche y le dije a Aitana que no se preocupase, que al llegar a casa la llamaba por teléfono.

- Bueno, caballero, ¿dónde vamos? Dijo el taxista con voz de pocos amigos y cara desconcertante.

- Yo le guio. Gire la siguiente a la derecha

Y el teléfono de David seguía sonando

- Oye, no lo coges, puede ser importante.

Lo cierto es que me está creando intranquilidad. Podía haberle preguntado si le ocurría algo pero no me sentía con fuerzas ni anímica ni mentalmente para escuchar los problemas de los demás. Esa noche, no. Si antes de llegar a la inauguración pensaba que mi corazón estaba recubierto por una película invencible. Al salir no estaba segura de sí sería capaz de recomponerlo y recomponerme.

Hast A marteDove le storie prendono vita. Scoprilo ora