Hast A marte

KAKORRHAPHIOPHOBIA

Mil perdones por todo, como compensación, voy a hacer todo lo posible por publicar el siguiente mañana como máximo, el siguiente, pasado porque de hecho, estoy en ello y quiero que lo leáis ya.

Se que no va a pasar pero como digo siempre, nunca se sabe quién te lee, así que... como soy muy reivindicativa.

Querida/o Ministro/a si me lee, soy una trabajadora dependiente de su Ministerio y vengo, con educación y respeto a comentarle que en España el paro aumenta de forma considerable y yo no quiero cobrar horas extras, quiero que realicen contrataciones, que saquen plazas y que dejen de salir estadísticas donde se comenta nuestra baja productividad.

Interinos que han aprobado una oposición y que esperan con ansias que le llegue su momento para iniciar la carrera hacia la consecución de un sueño. A esos son a los que tiene usted que llamar.

 Personas que como yo, no han corrido la suerte de conseguir plaza y están luchando diariamente contra ellos mismos por seguir estudiando temas y temas.

Porque no es fácil cuando tu vida consiste en abrir la persiana y en pijama leer y leer lo mismo. Porque no es fácil, decir que no a tus amigos, pasarte años sin cobrar un mísero euro porque al final, lo que quieres es trabajar en algo que te gusta.

Por favor, deme tiempo de escribir el fic, póngame una estrellita y cambie el chip. Tengo lectores que atender y pasarme el día en la oficina, no ayuda. Gracias.

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Estad atentos, va todo con segundas intenciones o terceras....

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A veces creemos que lo muestra en el espejo es la realidad y no nos fijamos en que puede estar trucado.

PV Alfred

Estoy tentado a salir corriendo con ella aunque intento controlarme ante la pregunta al unísono de Javier y Luis. Tenemos que ser más discretos aunque sea un secreto a voces. Se estaba haciendo eterna la respuesta y ambos esperaban expectantes a que uno de los dos le contestásemos dónde íbamos a ir. Es bastante gracioso porque ni yo mismo se qué quiero ni dónde esconderme, simplemente deseo unirme a ella y respirar su mismo aire.

De momento me había quitado un peso de encima. Cuando me dijo que lo que tuviésemos que hablar, que fuese en persona, terminó con mi raciocinio en Barcelona. La incertidumbre de saber por qué no podía explicarme aquel sí por teléfono es lo que me estaba quitando la vida. No solo he venido por verla, he venido por aquella contestación que dejó en el aire mientras se marchaba y que se clavó en mi cabeza no dejándome dormir. Pensaba que quería que fuésemos solo amigos o que a lo mejor podía ser hasta peor. No me ha hecho falta ninguna palabra. Al verla hoy, seduciéndome con esa sonrisa pícara mi corazón y mi cuerpo se han relajado. ¡Y de qué forma!

Necesitaba ver y sentir que todo estaba bien, que me seguía queriendo en su vida, que el miedo que le acecha, cada vez es más pequeño y que en el fondo, me quiere como yo, para siempre. Para ella al parecer aquella frase no tuvo tanto impacto como lo tuvo en mí. A veces, debería aprender a identificar con qué sentido se dicen algunas cosas. Ese es uno de mis grandes errores. Si tuviese claro cuál es la razón o el fundamento de muchos de los comentarios que hace la gente de mi alrededor, sufriría menos. Gracias al destino mi cabeza durante un rato ha volado hacia un universo de pasión. Un mundo en el que constantemente nos desafiamos a ver quién es el primero que empieza y quién es capaz de llegar más lejos y dar más placer. Por otro lado, aquí, parece que todo esté yendo sobre ruedas aunque hay algunas actitudes que no me cuadran del todo. Desde el deseo enfermizo de Luis por acercarse a Amaia y a mí, hasta, el reciente interés de Catalina por el sexo masculino.