Limerencia

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  Limerencia es un estado mental involuntario el cual es resultado de una atracción romántica por parte de una persona hacia otra, combinada con una necesidad imperante y obsesiva de ser respondido de la misma forma  

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Por vosotros, espero daros un respiro antes de lo que viene, siempre, con cariño:


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      LAS LUCES DEL CIELO NO SE ASUSTAN DE TUS BESOS, SE ASUNTAN DE MÍ SI NO LOS TENGO 


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PV Alfred

Está pegada a mí y no puedo resistirme mucho. He sido yo quién se ha abalanzado a abrazarla al sentirla desprotegida y eso no puedo permitirlo. La quiero y... ese mismo sentimiento es el que me hace frenarme.

No puedo abrumarla de nuevo con toda mi poesía e intensidad.

Necesito estar calmado, atento, tranquilo y sobre todo, tengo que meditar cada paso si no quiero que salga corriendo. Tiene que ser ella y decidir. Esta vez no vale que uno ame por dos, no llegaríamos muy lejos..

Tampoco creo que sea necesario que sufra en demasía pero, es importante que vea con sus ojos lo que su corazón ya sabe. La distancia que va a poner su gira, será un momento clave para ambos.

Me gustaría que me demostrase que de verdad no soy otro más en su vida, otro como el que estaba en su casa cuando fui a buscarla o como otros tantos que la han acompañado. Yo también requiero sentirme especial.

No pido mucho, simplemente saber que me ama, al menos, un poco.

Deshago el abrazo y lo veo, la Amaia juguetona no se ha ido. Sobre todo después de haberse salido con la suya. Ella piensa que es una batalla ganada y a mí me ha dado el aliciente necesario para saber que debo de seguir luchando.

- Bueno ¿y qué vamos a hacer?

Me mira pícara, influyente, altiva y graciosa. Tiene los brazos en jarra y parece tener ganas de continuar la noche. Esto no se me puede ir de las manos. Me pongo a recoger las toallas, los helados, la guitarra. Todo intento para desviar la atención es bueno si consigo que mi cabeza se centre en otra cosa que no sea querer comérmela a besos.

- ¿Dormir?

Y la miro, esperando ver su respuesta.

- ¡Ahhh! Claro... Me parece bien. Y... ¿Dónde vamos a dormir?

- Pues... Catalina en su habitación, yo en la mía y tú en la de invitados.

Y aunque sigo intentando actuar, el gesto que hace me aporta tanta ternura que por momentos estoy dudando de si esto está siendo real y de si la Amaia que tengo delante no es la que acabo de conocer en la consulta de un médico antes de entrar en la academia.

- ¿No te gusta el plan?

- No, mucho.

- Pues... no tenemos más camas libres.

Hast A marteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora