Amapola.

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Vamos a ver...

Javiera busca el aparatito en el bolsillo de la bata de estar por casa. En el bolsillo derecho no está. En el izquierdo tampoco. Frunce el ceño y saca un poco la lengua.

Piensa Javiera, piensa. ¿Dónde lo dejaste la última vez?

Mira a su alrededor. No, no está en el salón. Revolotea por la casa buscándolo por encima con la mirada. Tampoco está en la cocina. ¿En la habitación quizás?

Con lo a gusto que estaba yo con mi teléfono fijo... ese no se perdía por ahí. Estaba siempre fijo en el mismo lugar.

Entonces la mujer lo recuerda.

¡Claro! Está en el bolso de salir a caminar con la Pili.

Javiera García busca en el bolsillo interior del bolso deportivo a conjunto con las zapatillas deportivas y encuentra lo que busca. La mujer dibuja el patrón por segunda vez en el "cacharrito blanco" que sus hijos le regalaron por navidades.

"—Con lo moderna que tú eres, abuela; cómo no vas a tener móvil. —Ángela mira a su abuela, que sostiene el regalo de reyes en las manos aún. No parece que a Javiera le entusiasme mucho, aun así no dice nada.

—Claro mamá, imagínate que saliendo a hacer footing con tu amiga Pilar, te pasa algo. —Javiera intenta convencerla pero no sirve de nada. Lo que realmente hace que Javiera García acepte el teléfono móvil de última generación que le regalan son las risas de sus nietos ante su comentario de "¡Yo no hago fopoting ese! yo salgo a caminar que es muy diferente. Soy una abuela muy moderna."

Las navidades terminaron con Javiera haciéndose amiga de su nuevo teléfono móvil y creándose una cuenta de Twitter bajo el pseudónimo de "Amapola García" para demostrarles a sus nietos y nietas lo moderna que puede ser.

Javiera se sienta en el sofá verde aguacate del salón y aprieta los botones que su yerno le enseñó para que en la pantalla del cacharrito aparezca el canal 24 horas de la academia de Operación Triunfo. La mujer reajusta sus gafas sobre el puente de su nariz y disfruta de ver a su nieta celebrar su 19 cumpleaños.

Ay mi Amayita...

Los minutos pasan rápidos hasta convertirse en horas. O al menos, eso es lo que le parece a Javiera cuando llaman al timbre. Se levanta y abre la puerta para recibir a su hija con un tentempié en una mano y el cacharrito blanco en la otra.

—Mamá, ya estás mirando el 24 horas...

—Sí hija, sí. Estoy tan contenta de poder ver a Amayita en su cumpleaños...

Madre e hija se sientan en el mismo sofá verde protagonista del mobiliario del salón, pegadas al móvil de una mientras comentan lo que sucede a más de 479 Km de allí.

Y es justo a más de 479 Km cuando empieza a sonar un teléfono móvil.

Javier Romero no se ha caracterizado nunca por ser alguien desordenado. Siempre ha sido una persona meticulosa y cuidada con los detalles; sin embargo rebusca entre los papeles que adornan su mesa hasta encontrar su teléfono.

—Hola mamá.

—Javiertxo cielo, soy yo.

—¿Abuela? ¿Ha pasado algo?

—No no, no te preocupes. Tu madre y yo te queremos pedir un favor. Es que resulta...

Javier Romero, originario de Mendillorri, Pamplona; no había aprendido desde pequeño a hablar catalán. A pesar de ello, el hecho de vivir en Barcelona le había proporcionado la oportunidad de aprenderlo. Aun así había tenido que recurrir al traductor para hacerles el favor a su madre y a su abuela.

Cómo si yo no tuviera cosas que hacer. Pensó Javier mientras terminaba de traducir al castellano "Et Vull Veure", aquella canción que su madre le había mandado por audio y que Alfred había compuesto para su hermana en su cumpleaños.

Javier no solía ver el 24 horas. SI pasaba algo interesante su madre ya se encargaba de retransmitirlo por el grupo de Whatsapp que tenía su familia.

Este chico es bueno. No es que Alfred no le gustara, de hecho sabía que si Amaia no hubiese entrado en el concurso, él hubiera sido su ganador. Terminó de teclear las últimas palabras y le mandó la canción a su madre.

Et vull veure (Te quiero ver)

Seguint a prop cap on va el vent (Siguiendo de cerca hacia dónde va el viento)

Pero també et vull veure (pero también te quiero ver)

Fent concerts fins que no pugis més (haciendo conciertos hasta que no puedas más.)

A Javier le había costado un poquito, pero estaba bastante contento con el resultado a pesar de haberse ayudado con algunas palabras. Se sentía orgulloso de sí mismo; aunque parte de ese esfuerzo se esfumó como por arte de magia al recibir un mensaje de su madre:

"Muchas gracias Javiertxo pero Alfred la acaba de traducir en directo porque Amaia tampoco había entendido nada. Es precioso como compone este niño. La abuela y yo os mandamos besos a los dos."



Holaaa! Madre mía, no he podido dormir en toda la noche. Literalmente llevo desde las nueve de la mañana en pie. Y nada, no ha habido manera. Así que... adivinad qué: he vuelto a ver momentos almaia, he repasado las galas, el reparto de temas, las valoraciones, el primer ensayo de city of stars, entrevistas, la entrevista en el hormiguero...

Así que se me ha ocurrido este capítulo. Es un poco mierda pero no pasa nada.

Espero que no os disguste demasiado. Una preguntita: os estoy petando a capítulos? Lo siento, soy una pesada.

Un besito pequeñito, pequeñito. Emma

por cierto!!!! Disfrutad y mimad mucho al niño en el acústica

Petit InfinitWhere stories live. Discover now