Raquel.

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ALFRED:

El día está siendo bastante especial, a pesar de no haber dormido casi la noche anterior. Siento que cada vez queda menos. Es el principio del final. En cinco días estaremos fuera y Operación Triunfo habrá acabado. No soy solo yo el único que se siente agridulce al respecto. La charla que todos tuvimos ayer en la habitación fue prueba de ello.

La última mañana de jueves nos regala momentos como ver a Andrea, Sheila o Laura en clase de Magalí o la última clase grupal con Los Javis.

La última grupal con Los Javis. Parece mentira que el tiempo haya pasado tan rápido y tan lento al mismo tiempo. Los Javis me han ayudado tanto que siento que forman una parte especial de mí mismo. Va a ser raro no verles tan seguido y eso me apena. Sin embargo me empeño en disfrutar la clase y no pensar en eso.

—Vamos a hacer una cosa. —nos acercamos a él para escucharle mejor y en un momento en que me mira, le hago una cara triste. Él me entiende. —No le deis a la cabeza, ¿vale Alfred?

—Recordad que es el cuerpo el que habla. Vamos a ir caminando por aquí. Con determinación. Nos vamos a ir acordando de nuestro personaje más top. El que más os ha gustado. —caminamos en círculos y me obligo a repasar todas las clases de interpretación que he tenido con ellos pero ninguno termina de convencerme realmente.

—Vamos a despedirnos de ellos. Aitana, tu por ejemplo tienes a "palmas pa' tu body", que es muy bueno. Amaia tiene unos cuantos para elegir. Raquel fue muy bueno. —Amaix asiente, entusiasmada. Parece una niña que va al parque y sé que va a hacer ese. Raquel la sexóloga va a volver hoy. Entonces decido el mío: Rodri el camello. —Alfred también tiene...

—Ya tengo el mío.

—Ya tiene, ya tiene. Vale, pues cuando digamos ya os tenéis que despedir de los personajes, en vez de presentaros.

Miro a Amaia, nuestras miradas se cruzan y cuando me guiña un ojo sé que esto va a ser divertido. Seguimos caminando con determinación. Amaia camina haciendo eses y yo intento cambiar de dirección para que nos topemos de frente mientras me meto en el personaje.

AMAIA:

"No soy Amaia. Amaia no existe. Mi nombre es Raquel. Soy sexóloga y hace años que no tengo un buen orgasmo." Me empeño en repetirlo mientras camino, dejándome llevar y me imagino lo que supondría ser Raquel. Recuerdo mi último orgasmo. Camino más rápido. Cierro los ojos y me transporto a ayer.

Puedo notar el azulejo blanco y frío de la ducha pegado a mi culo. La camisa abierta verde que llevo se está arrugando. La lycra de la camiseta roja se pega a mi cuerpo. Me molesta el sujetador. Sin embargo todas estas sensaciones son eclipsadas cuando las uñas de Alfred se clavan en mi culo. Me aprieta más contra su boca. Llevo una mano a la mía, ahogando el gemido gutural que me provoca al entrecerrar mi clítoris con sus dientes y acariciarlo con la lengua.

Bajo la mirada y mis ojos conectan con los de Alfred, arrodillado ante mí, que se relame los labios húmedos por mis propios fluidos. Mis pezones están duros. Los mimo, atendiéndolos, pellizcándolos.

Cuando Alfred me bajó las medias de un tirón tras subirme la falda vaquera y se amorró a la parte más íntima de mí sabíamos que esto iba a ser rápido. Rápido e intenso.

Estoy muy cerca de orgasmo cuando suena el timbre. La hora de la comida ha terminado y tenemos visita de no se sabe quién. Noemí va a venir a buscarnos. El tiempo se ha terminado y yo estoy tan cerca que me entran ganas de llorar cuando Alfred se remueve creyendo que va a levantarse y me va a dejar a medias y con un calentón de mil demonios. Sin embargo me coge una pierna y la pasa por encima de su hombro y vuelve a la carga. Cambia el ritmo. Succiona, lame, muerde. Palpito en su boca. Vuelve a succionar, vuelve a lamer y termina por morderme. Nado en un mar de sensaciones antes de explotar en su boca.

Petit InfinitTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon