Cumplir un año menos.

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El reloj del teléfono móvil que hay sobre el colchón marca las tres y dos minutos de la madrugada; aunque la mayoría de los relojes del mismo edificio solo marquen las tres.

Amaia es consciente de que su móvil no está en la hora correcta y sin embargo siempre se repite que adelantarlo dos minutos es suficiente para no llegar tarde a los sitios. Aunque su hermano se empeñe en repetirle constantemente que dos minutos arriba o abajo no supone ninguna diferencia, Amaia siempre le contesta que "bueno... la intención es lo que cuenta".

Porque la realidad es que al final el tiempo es relativo. Solo son números adjudicados por las personas a aquello que hay entre principio y fin. ¿Qué valor tiene el tiempo? ¿Y cómo sabemos que realmente hemos escogido la medida de tiempo correcta para medirlo?

Amaia cruza los dedos, comprueba la hora en el móvil, se lleva los de la mano derecha a la boca y les da un beso. Repite el procedimiento con la mano izquierda y entonces... entona.

—Cumpleaaaños feliz. Cumpleaaaños feliz. Te deseeeo Alfreeed... Cumpleaños feliz.

En Los Angeles no es todavía catorce de marzo. Pero si lo es en España, nueve horas exactas más allá.

Amaia se levanta de la cama, abre el armario de su habitación de hotel y allí está: su maleta deshecha y medio abierta. Mete la mano debajo del jersey de colores y encuentra una zapatilla, y aunque no parece algo muy lógico; sonríe.

—El mejor escondite es a la vista de todos.

Amaia coge los herretes de los cordones, intenta deshacer el nudo pero... con sus uñas largas y llenas de pedrería no se puede.

—Maldita la hora en que le hice caso a Rosalía.

Amaia se impacienta, se lleva una uña a la boca pero sabe a plástico, no a uña. Resopla. Vuelve a morder la uña hasta que arranca una piedrecita brillante. El nudo de los cordones se deshace.

Amaia mete la mano dentro de la zapatilla y coge el sobrecito rojo que hay dentro. Se sienta en la cama y despliega la bolita de papel hasta que adquiere un tamaño normal.

Y entonces... coge la carta del sobre y se la acerca a la nariz: sigue oliendo a él.

Amaia no sabe por qué la puso en la maleta. Ni lo sabía la vez que la carta la acompañó a Argentina. La vez que se la llevó a Nueva York tampoco lo sabía.

Al final se terminó convirtiendo en un amuleto, no había aeropuerto al que fuera que la carta no la acompañara.

A ella le recordaba al beso que le dio en aquellas paredes de un mundo extraño. A aquel que Wendy le dio a Peter y él siempre guardaba.

Amaia recordaba perfectamente el momento en que ella, con dos chupitos de más, le había mandado un audio a Alfred. Amaia había intentado que el paso del tiempo lo borrara de su mente pero no funcionó. Ella seguía recordando todas y cada una de las letras que dijo en ese audio de WhatsApp.

"Te necesito a mi lado, ¿me oyes Alfred? Te necesito en mi vida acompañándome. Y puede que creas que estoy bebida, pero no ehh, no he bebido. Te necesito a mi lado dando sentido a mi existencia. Uajajaja, qué patética sueno"

Y por si no fuera suficientemente ridículo; después de eso, ella, muerta de vergüenza, le bloqueó.

Días después recibió una carta. Esa misma carta que ella tenía entre sus manos.



"Amaia,

Me resulta muy raro sentarme delante de un papel en blanco a escribirte cosas. Pero pensándolo bien es que es bastante romántico esto de escribirnos cartas. ¿Realmente? Lo es, ¿no? Me gusta la idea así que en parte quiero darte las gracias por ello.

¿Te acuerdas? "Que te busco y no te encuentro, que te encuentro y no te entiendo"

No voy a decirte que te busqué, porque no lo hice.

Apareciste en mi vida de repente, y te quedaste en ella. Más cerca o más lejos, eso no importa, pero siempre has estado formando parte de mí. Desde aquel City of Stars... o quizá antes.

¿Te acuerdas de todo aquello?

Yo lo recuerdo, cada detalle.

Una cosa voy a decirte, Amaieta, y recuérdalo siempre. Esto es muy importante: No me necesites, ni a mí ni a nadie. La necesidad crea dependencia. Y la dependencia no es nada bonita.

Realmente lo bonito es no necesitarme, no necesitarme en tu vida pero quererme y tenerme en ella. ¿Me explico?

Tú formas parte de mi vida desde el momento en que nos sentamos al lado en un piano. Pero no me necesites, nunca lo hagas. Porque al final solo dependemos de nosotros y nosotras mismas para ser felices.

Depender no es bonito. Lo bonito es elegir.

Lo bonito es que no me necesites pero me elijas. Que no me necesites pero me tengas a tu lado. Volar libres pero de la mano por propia elección.

Porque en el momento en que me necesitas, de necesidad de verdad, en ese momento dejas de ser libre, Amaix. ¿Me explico?

Yo no puedo dar sentido a tu existencia. ¿Vale? Tú tienes que encontrar tu propio sentido, yo puedo estar a tu lado para que lo compartas conmigo, pero solo si tú quieres. Quiero que me elijas, no que dependas de nadie que no seas tú. ¿Sabes?

Quiero que esto funcione. Y lo quiero de verdad. Y no me refiero a tú y a mí como pareja. Me refiero a eso que siempre hemos logrado mantener con una mirada.

Esa magia especial.

Volar juntos pero de la mano, no atados.

Sumar.

Sé que no te gustan mucho las mates pero...

Yo quiero sumarte y que me sumes.

T'❤

De la Tierra hasta Marte.

Alfred."


Y así, entre letras que después se convirtieron en canciones... unos acordes empezaron a resonar en su cabeza; acordes a los que Amaia empezó a acompañar.

"Vuelve a ser mi cumpleaños y en mi mesa habrá dos platos, aunque sepa que esta vez tú no vendrás. Sólo quiero de regalo dar la vuelta al calendario para que estos años pasen hacia atrás. Volveríamos al día más feliz de nuestra vida y otra vez sería la primera vez. A mis ojos volvería cada lágrima caída sobre este telegrama urgente de papel."


Amaia se limpió con el índice la lágrima que se le escapaba, se apartó el pelo detrás de la oreja y susurró:


—Felices 25 Alfred.

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SORPRESA!! Sé que hace un montón queno actualizo y quiero pediros disculpas por ello. Ayer fue mi cumpleaños, así que os he traído un capitulito nuevo para celebrarlo.

Gracias a todas las que seguís aquí a pesar de todo.

Un beso a todas <3 <3 <3 <3

Petit InfinitWhere stories live. Discover now