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A medida que la cena transcurría, Alessandro no pudo evitar decir algo que dejó desencajado a su cuñado y sorprendida a Génesis

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A medida que la cena transcurría, Alessandro no pudo evitar decir algo que dejó desencajado a su cuñado y sorprendida a Génesis.

―Tiziano, se non sposi questa ragazza sei uno stupido, cucina molto bene e si prende cura di Stefano. (Tiziano, si no te casas con esta bellísima chica, eres un estúpido. Cocina muy bien y cuida de ti y de Stefano.)

Tiziano se rio y Génesis enrojeció de la vergüenza.

―Ti lo lascio a la tua imaginazione. (Te lo dejo a tu imaginación.)

―¿Cómo se llama lo que estamos comiendo? ―preguntó Brunella para cortar la conversación de su marido.

―Son milanesas, es parte de las comidas típicas de Argentina.

―Nunca probé nada igual, te salieron riquísimas.

―Gracias.

Cuando fue el momento de levantar los platos y demás cosas de la mesa. Las tres mujeres se fueron a la cocina.

―Disculpa a mi marido, a veces dice cosas que no sabes cómo le caerán a la otra persona.

―No te preocupes Brunella, no pasa nada ―le dijo con una sonrisa.

―Pero... debo decir que tiene toda la razón, si no se da cuenta la gran chica que tiene al lado es un tonto.

―Soy solo la niñera ―intentó esquivar la conversación.

―Eso no te quita el derecho que puedes terminar enamorada de él, porque la noche de su cumpleaños, vi la cara que pusiste cuando llegó del brazo de la sinvergüenza de su secretaria.

―¿Su secretaria? ―le inquirió sorprendida―. Creí que era alguna otra chica que conoció en otra parte.

―Ottavia siempre le interesó tener algo con Tiziano, pero le gustan más los billetes que él. Miles de veces le dije que no se fiara de ella, pero no me hizo caso. Pero como sé cómo es ella, a él no le interesa nada de su secretaria. ¿Entonces? ¿Me vas a decir si te gusta o no? Todos vimos cómo se trataban cuando pasamos las vacaciones juntos pero como siempre mi hermano intentaba poner excusas.

Génesis miraba a Brunella y a Giulietta y le daba mucha vergüenza que se supiera frente a la madre de Tiziano, no sabía cómo iría a reaccionar y no podía decirle algo afirmativo cuando solo había ido por trabajo.

―No me mires con cara de espanto, Génesis. No te morderé porque digas la verdad ―le dijo la madre del hombre―. Creo que es lo más lógico y normal si dos personas viven juntas, después de meses comiencen a sentir cosas, eres muy bonita y Tiziano sería muy feliz contigo. Sé cómo lo cuidas a él y a mi nieto.

―Era lo que más quise evitar, pero con los meses que vinieron, más me gustaba y no supe hasta que punto el gusto se convirtió en estar enamorada ―terminó por confesarles con algo de vergüenza.

De Margaritas y Un Amor italiano ©Where stories live. Discover now