Día 90 (parte 3)

3.2K 287 12
                                    

Ella corresponde moviendo a su vez sus labios sobre los míos.
Son tan suaves y cálidos...
Jamás he sentido esto por nadie.
Paso mis manos por tu cintura.
Ella sube los suyos a mi cuello y me rodea. Me acerca más hacia ella.

Ha aumentado el ritmo de nuestros besos.
Ahora son de esos con deseo, con necesidad de la una por la otra.
Besos como si nuestros labios a pesar de ser desconocidos, se hayan extrañado todo este tiempo.

Nuestros respiraciones están agitadas.

Muerdo suavemente su labio inferior.

Se le sale un leve gemido.

Eso produce una sensación explicable dentro de mí pero a ella parece despertarla.
De pronto, se separa.
Me mira todavía con la respiración entrecortada pero con ojos asustados.

Se gira y entra a su casa corriendo.
Yo mientras tanto me quedado estárica sin saber muy bien que ha pasado. Hace unos minutos estaba respondiendo mi beso con deseo y ahora de repente, se escapa corriendo.

Esos preciosos ojos, cuando me ha mirado por última vez, he podido ver algo de restos de su deseo pero sobretodo he visto miedo.

Ya en mi coche me siento y me quedo mirando la nada buen rato. Mi corazón va a explotar, han pasado demasiadas cosas fuertes de golpe. Primero ha sido el roce de sus labios, esa electricidad que ha hecho latir más fuerte mi corazón.
Luego ese deseo al tenerla sobre mi cuello y de su sed de mi.
Y al final lo que me ha destrozado ha sido el miedo y el arrepentimiento que he leído en sus ojos.

Ahora puedo aplicar lo que leí alguna vez: si mi corazón pudiese sentir estaría roto en más de mil pedazos.

Regreso a casa entre lágrimas que casi no me permiten ver camino.

Qué va a pasar ahora?

Qué voy a hacer con esto que siento?

Qué voy a hacer para no extrañarte, tras haber probado tus labios, Marta?

Perdida en tu heterocromíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora