Día 311: Parte 2

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Aparco el coche justo delante de su casa. Doy una gran bocanada de aire y salgo.
El camino desde mi coche hasta su puerta se hace a normalmente largo.

Timbro.

1,2,3,4 segundos...
Los nervios me aprietan el estómago.

La puerta se abre dejando ver a una Marta en mayas, camiseta y con un despeinado moño.

-Hola Sofi, ha pasado algo? - me pregunta.
- Hola Marta, pues.. si y no, es largo de contar... - le respondo.
Abre del todo la puerta para que pase y me hace ademán con la cabeza - pasa - dice a la vez.
Entro ligeramente el recibidor y me quedo parada.
Ella se me acerca por detrás luego de cerrar la puerta.
- pasa al salón, quieres una copa de vino? - me pregunta yéndose para la cocina.
- si por favor- le respondo mirando su espalda.

Me siento en uno de los extremos del sofá. Ella llega con dos copas de vino, las coloca la mesa, las llena y me entrega una de ellas. Deja la botella allí encima, coge su copa y se sienta justo a mi.
Puedo oler su perfume de manzana...

- y bien? me vas a contar qué es lo que pasa? Estoy preocupada Sofi... - dice acongojada.

Doy un largo sorbo de vino concienciandome de que ahora es el momento de decirlo todo, ahora o nunca!.
- voy a contártelo todo pero por favor no me interrumpas sino no podré hacerlo.. -.
- está bien, cuándo quieras. - asiente.
- pfff... A ver, Marta yo... No sé cómo voy a decir todo lo que tengo que decir, no he preparado nada así que lo diré tal cual me vaya saliendo. Verás yo... he sufrido muchísimo, no te haces una idea. Me lo dio mucho todo lo que me hiciste, creí que esto era mutuo, creí que lucharemos "codoconcodo" por esto y fue muy duro ver que no era así. Ver que me ignorabas como si no hubiera pasado nada, como si no me conocieras. No podía más, no era capaz de verte cada día y que no me doliese, de no sufrir por esa situación. Entonces me plantearon el Erasmus y ni siquiera me lo pensé, solo quería irme de aquí, alejarme de ti. Yo te quería Marta... con todo mi corazón y como jamás quise a nadie, estaba enamorada de ti, te amaba joder...- hago una pequeña pausa para retener las lágrimas que querían bajar de mis ojos - pero eso dolía, me dejó hecha mierda. El tiempo que estuve en Italia me la pase odiandote, negando tu existencia, vetando todo de ti, hasta tu nombre... porque era más fácil odiarte y alimentar ese odio que dejarme caer y soportar todo el dolor. Después de conocer a Gia y de estar saliendo varios meses creí que al volver realmente no me ibas a afectar. Yo llegué aquí convencida de ello, quería creerme el cuento que me había inventado, ese cuento en el que tú eras la mala y yo la víctima de todo, esa versión que no dolía tanto - hago una larga pausa.

Marta creyó que acabará e iba a comenzar a hablar pero no se lo permití.

- espera no he terminado, estaba cogiendo aire y ordenando en mi mente lo último que quiero decirte-.
- está bien-.
- fue verte aquella mañana en la facultad y... toda mi versión se vino abajo, junto a toda mi valentía y coraje, solo con verte a lo lejos derribaste todas las barreras que había construido por y para ti todo este tiempo. Me desarmaste. Ahí supe que jamás lograría superarte Marta... yo...-dejo mi copa y la auya en la mesa, me giro ligeramente hacia ella y le agarro las manos- sigo tan enamorada de ti como desde la primera vez que te vi. Se me acelera el corazón con solamente una sonrisa tuya, con una de tus miradas. Cuando me tocas y me besas siento que vuelo... Me enamoré de tus ojos heterocrómicos, de tu preciosa sonrisa sincera, de las ondas de tu pelo y cómo se mueven el viento, de tu forma de reírte, de cómo explicas con pasión en cada clase, de cómo dibujas, de tus besos, pero sobre todo de cómo me haces sentir cuando estoy contigo. Te amo Marta y siempre lo haré...- tan pronto como acabó la frase algo se aligera en mi, siento alivio.

Marta se queda callada durante unos segundos eternos. De pronto, se acerca a mí y me besa, despacio, disfrutando de mis labios, recorriendo con sus manos mi cuerpo.

Una corriente me recorre todo el cuerpo.

Cuando nos quedamos sin aire, nos separamos y juntamos nuestros frentes. Me mira directamente a los ojos y sonríe.
- yo también te amo Sofi, siempre lo he hecho pero he sido una cobarde y tuve que perderte para verlo. Siento haberte lastimado juro que no volverá a pasar-.
Me separo y la miro seria.
- más te vale porque si no te lo haré pagar caro, y si es una amenaza- 2 segundos más tarde rompo reír y Marta conmigo.

Perdida en tu heterocromíaWhere stories live. Discover now