Día 194

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Otro mes ha pasado.

En ese tiempo Marta, sin noticias de Sofía, tras haber ignorado su primer mensaje, le ha mandado varios nuevos. Los cuales han tenido el mismo desenlace que el primero. Leído y no contestado.

Su indiferencia la está matando. El no saber ni como está le lastima mucho más de lo que hubiera imaginado.

Sofía ha sido fuerte todo este tiempo y ha ignorado a todos y cada uno de los intentos de Marta de comunicarse con ella.

Gia fue un gran apoyo para lograrlo, no mantienen una relación seria pero si han avanzado.
Se quieren, se respetan, confían la una en la otra, se aconsejan y se besan muy a menudo. Sofía está bien con es pero, al menos de momento, no ha sido capaz de ir más allá con ella, no porque sea una mojigata sino porque no se ve preparada para ello y no quiere estropear todo lo que ha creado con ella.

Habla muy a menudo con su familia y con sus amigos, sobre todo con Carla. Le ha contado todo lo que ha pasado este tiempo y esta a su vez le ha informado de todas las novedades que había por allá, que han sido pocas.

Está muy orgullosa de Sofía por haber conseguido dejar de lado a Marta y atreverse con Gia.





Marta desesperada después de tanto tiempo sin noticias de ella y tras todos los intentos fallidos de saber de ella, decide hablar con Carla directamente.

Al terminar su clase, le pide que se quede un minuto. Tras salir todos los alumnos del aula, se acerca a la mesa dónde se encuentra Marta.

- dígame profesora, hay algún problema? Ha pasado algo?-.

- no, Carla, todo está bien. Te pedí que te quedases por otra razón...-.

- está bien...usted dirá...- responde extrañada.

- verás...he intentado saber algo de Sofía, comunicarme con ella pero...no lo he logrado-.

- lo sé, lo sé todo "profesora" - dice esta última palabra en tono remarcado- Sofi me lo ha contado y ya es hora de que la deje en paz, es suficiente todo el daño que le ha provocado. Sofía la quería de verdad y usted solo la ha jugado con ella. Fue usted misma la que puso el impedimento, por lo que no entiendo para que la busca ahora- responde enfadada.

- ya...pero yo...solo quiero saber como está...necesito saberlo...- dice apenada.

- está muy bien, lejos de ti no hay nada que la lastime. Está en una preciosa ciudad , haciendo algo que le encanta y además ha encontrado a alguien que la cuida, que la quiere y sobre todo que la respeta. Esa persona está curándole lo que TÚ le has roto. Y ahora comienza a ser feliz -.

- me estás diciendo todo esto por lastimarme? por pagarme con la misma moneda?- dice en voz alta casi más para convencerse a si misma que como respuesta para Carla.

Carla suelta una carcajada sonora - mírala tu misma-.

Saca el móvil y le muestra una foto que le había enviado Sofía recientemente.

Marta mira la foto estática. En ella aparece Sofía siendo abrazada por una chica morena, bastante hermosa. Esta misma chica a la vez está besándole la comisura de los labios, esos mismos labios que Marta ha probado, esos mismos labios que la hacen volar.

Lo que más duele, lo que hace corte como mil cuchillos es ver la sonrisa de Sofía.

Es una de esas sonrisas que enamoran, una de esas de verdad, de esas que se ve hasta en los ojos.

"Está feliz. Es feliz sin mi. Y yo jamás podré ser feliz de ella" piensa Marta mientras su respiración se vuelve demasiado irregular. Su corazón late débilmente pero cada latido es como un puñal.

El suelo desaparece bajo sus pies.

Se marea.

Sus piernas comienzan a fallar y Carla tiene que sostenerla para que no se desplome allí mismo. Le ayuda a sentarse en la silla.

Su estado realmente sorprende a Carla, de verdad le ha afectado.

Ese mismo estado le ablanda, se agacha delante de ella y dice en un tono más calmado y dulce:

- ella te quería de verdad y con toda su alma. Se había enamorado por primera vez...pero tú le has roto el corazón, y lo peor es que han sido varias veces; le has decepcionado y herido profundamente. No puedes esperar que no quiera superarlo, recuperarse y querer ser feliz. Déjala vivir...si alguna vez sentiste algo por ella, déjala ser feliz de nuevo-.

Marta no dice nada, un nudo le aprieta la garganta.

Aguanta las lágrimas hasta que Carla traspasa la puerta del aula. Entonces rompe en un llanto desconsolado intentando, mas mal que bien, aliviar un poco ese dolor lacerante en su corazón.

- todo ha sido mi culpa...si yo solo siguiera lo que quería mi corazón...en lugar de responder a la razón...si en lugar de ser cobarde se lo hubiese confesado todo...- dice para si misma en un susurro entre hipidos y un mar de lágrimas.

Perdida en tu heterocromíaWhere stories live. Discover now