Relatos de una letrista. [Wheesa]

Obvio

" Yo pasaba la vida en el regocijo de mi experiencia. En los consejos, en los abrazos, en las canciones...

Pasaba la vida en la libertad de elegir qué hacer y cómo hacerlo.

"Usted tiene inicios de Alzheimer...".

Yo pasaba la vida entre risas, conversaciones, amores, amigos, corazones, experiencias...

Besos, abrazos, sonrisas, trabajos, labores, amores, amigos, corazones...

Recuerdos, amores, amigos, corazones...

Vivencias, amores, amigos, corazones...

Recorrí a pié, mil valles, mil laderas, mil lugares. Hablé con miles de personas, canté miles de canciones, disfruté de miles de emociones...

Luego perdí los pies que me llevaban, los ojos que me guiaban, los sonidos que imitaba, las sensaciones que experimentaba.

Poco a poco dejé de entender el por qué de las cosas.

Dejé de hablar, porque no alcanzaba las palabras.

Dejé de mirar, porque no entendía lo que veía.

Dejé de oír, porque la angustia me consumía.

Poco a poco, olores, colores, sabores, sonidos... Todo tenía ese no sé qué... Ese... A algo que había olido, saboreado, escuchado, visto.

Era un mundo nuevo con sabor a mundo viejo.

Me desesperé, enloquecí.

Mi mundo, mi idioma, mi casa, mi pareja, mi familia... Todo estaba tan vacío... No era mi mundo, no hablaba el idioma, no vivía en mi casa, no reconocía a mi pareja, ¿A caso tenía familia?...

Ahí, empapada, en medio de... de... ¿A caso... Calle, sí, eso era. Estaba de rodillas en medio de la calle, empapada. Estaba lloviendo realmente fuerte; recuerdo haber mirado hacía arriba, el cielo entre los árboles.

Y recuerdo el frío metal, la luz que dañaba mis ojos... Y... ¿Dónde estoy?.

Hay una persona... Una persona empapada en el camino... Una mujer empapada en el camino... ¿Tendrá familia? Está lloviendo, ¿Por qué habrá salido de su casa?... Ese auto le dio un golpe realmente fuerte, espero que esté bien.

¿Habré dejado la puerta abierta?.

Debo volver".

—Es un trastorno terrible—Dijo Wheein, guardando su laptop.

—¿Escribes sobre eso muy a menudo?—dijo Hani, antes de darle un largo trago a su café.

Hani llevaba una semana con Wheein, se había mudado a la ciudad y su apartamento no estaba listo, así que Wheein le ofreció quedarse hasta que pudiera hacer el cambio.

Se llevaban bastante bien, Hani era muy buena haciendo café (una de las grandes adicciones de Wheein) y dioses, cómo era buena oyente.

En fin, eran casi una para la otra, Wheein no podía sentirse más cómoda. Cada mañana se levantaba con el desayuno en la cama, había ordenado todos sus libros. Juntas lo habían clasificado todo por género y título.

Al fin descansaba, Hani le había traído orden a su vida y Wheein había hecho de la vida de Hani una montaña rusa de aventuras.

Las cosas no podían estar mejor.

—No realmente— Dijo Wheein, sonriendo— Me atrae mucho escribir sobre desastres naturales, trastornos y esas cosas. Me gusta tratar de ver el mundo como lo hacen las personas que los padecen, es mi forma de practicar la empatía

Hani sonrió.

—Es una forma bastante brutal de practicar empatía

Wheein se sentó junto a Hani en el sillón.

—Es la mejor forma que conozco

Hani estaba feliz, hace mucho no se sentía tan feliz. Así que hizo lo que toda persona feliz hace, abrazó a Wheein lo más fuerte que pudo y le dio un pequeño beso en la frente.

— ¿Tienes la más mínima idea de lo genial que eres?— Le dijo, como si fuera lo más normal del mundo— Porque eres una mujer espectacular

Wheein se sintió avergonzada, no sabía cómo responder.

—Esa chica, tu vecina— Siguió Hani— Es una mujer afortunada. Siempre te preocupas de ella y se pueden ver a diario, con razón le gustas tanto

Wheein sintió que chocó con un poste.

—¿Qué?

—Eso— Respondió Hani, amistosamente— Eres una vecina realmente atenta, eres bonita, inteligente-

—Eso no— La interrumpió Wheein— ¿Dices que le gusto a MoonByul?

Hani rió como si lo que había dicho, hubiera sido lo más obvio del mundo.

—No me digas que no te habías dado cuenta. Eres muy despistada— Hani le dio una palmadita suave en la cabeza, como si acariciara a un cachorrito.

"¿Le gusto a MoonByul?" Pensó, Wheein "DIOS MIO, LE GUSTO A MOONBYUL".

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—¿Entonces sí te gusta Wheein? — preguntó Hwasa con cierto toque de extrañeza en su voz.

MoonByul la examinó con cuidado.

—¿Por qué lo dices así? —Dijo sin más preámbulos.

Hwasa respiró hondo y miró a su amiga con una evidente mueca de cansancio y desaprobación.

—Nada, es solo que estaba emocionada porque creí que te gustaba Solar— Dijo casi con un tono de tristeza en su voz— Se veían tan lindas juntas, que por un momento pensé que en realidad te habías fijado en ella

MoonByul se sintió culpable, sobre todo porque esa era la otra parte de su problema.

—B-bueno... Es que— Dijo vacilante— También me gusta Solar

A Hwasa se le cayeron las partituras que llevaba entre las manos.

— No... Puede...

—Hwasa escuchame

—MoonByul, no puedes ser así. ¿Que te gustan las dos al mismo tiempo? ¡En qué demonios estás pensando!— Hwasa recogió sus partituras y se acercó a la silla de MoonByul— Tú, mi amiga. Estás metida en algo mucho peor de lo que crees, tienes que definirte y tienes que hacerlo AHORA

MoonByul se sintió culpable, luego humillada y luego confundida. ¿Por qué Hwasa le estaba pidiendo eso? ¿A caso ella estaba enterada de algo importante que estaba ignorando?, las preguntas solo la estaban llevando a más preguntas.

—Hwasa... ¿A caso sabes algo que yo no?— Le dijo con la frialdad que la caracterizaba— Porque si es así, espero que por una vez en tu vida confíes en mi y me lo digas ahora

Hwasa y MoonByul se miraban a los ojos, tratando de derribar las defensas de la otra, tratando de descubrir qué era lo que estaba detrás de sus oscuros iris.

Y Hwasa fue la primera que aflojó.

— Eres importante para ella—Dijo con cansancio— Ojalá te des cuenta de eso antes de que dejes de serlo

MoonByul entendió el mensaje.

—Gracias

—De nada, perra. Ahora ponte a armonizar

—La la lá putamadreeee~

—Hermoso

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No se confundan, el Hiatus sigue en pie, para que no se ilusionen con que voy a actualizar pronto.