¿Es que no lo ves?

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Solar lloró, lloró junto a las rocas. Segura de que ni un alma podría verla en ese ruidoso y oscuro lugar.

Era una especie de cueva apartada, ocultada por las algas. Desde ahí podía ver la tienda, la bella piel bronceada de su amiga y a la gente en el fondo, todos enfrascados en sus realidades.

Se sintió miserable, invisible. Pero el sentimiento más difícil que tuvo que enfrentar, fue uno que simplemente no logró entender.

Era algo que hacía que su corazón se estrujara de coraje consigo misma, un sentimiento que la hacía respirar violentamente como si su interior estuviera luchando por liberar o no un alarido de dolor, que venía directamente de entre sus entrañas.

Entonces, de rodillas en la arena, frente a la inmensidad del mar salado. Solar gritó a todo pulmón, como si nunca hubiese dicho una palabra en su vida y ahora, justo ahora todos sus sentimientos guardados fueran la plaga de la caja de Pandora que era su corazón.

Liberando el alarido desesperado de su alma, atestada de aquel dolor que invadía su cuerpo, mientras las lágrimas y las gotas del salado mar le humedecían el rostro.

Pronto, entre el ruido del oleaje que golpeaba a las rocas más lejanas, logró reconocer la voz de su mejor amiga. Quien se oía desesperada por hallar su paradero luego de haber escuchado sus alaridos.

Pronto pensó en que no podía ocultar su pena, que era extremadamente difícil que Hwasa no se diera cuenta de que lloraba por tener hecho pedazos su corazón. Así que hizo algo que realmente no pensó, algo que salió directo de la espontaneidad del momento.

Se metió al mar.

Fue golpeada por un par de olas, todas llenas de algas y sal. Pero lejos de rendirse y de volver a la arena, nadó hasta donde el oleaje no golpeaba a las rocas y volvió con su grupo cubierta de arena, algas, agua y sal.

Sentía las piernas débiles, así que sin responder las constantes preguntas de una Hwasa muy preocupada, fue y se echó boca arriba sobre su toalla, dejado que su piel se terminara de tostar con los últimos rayos del sol.

Ahí pronto se quedó dormida, soñó con una noche azulada. Una hermosa y brillante noche azulada iluminada por una enorme Luna llena. Soñó que estaba sentada sobre una manta y que junto a ella tenía una taza de café.

Respiró profundo, no estaba feliz. No se sentía así, más bien podría decir que se sentía cansada, resignada. Pensaba en el por qué de todo, pensaba en cómo se había enamorado de MoonByul.

Pero ¿Cómo había sido?.

Realmente nunca se lo había preguntado, ella nunca dudó de sus sentimientos. Tal vez se saltó ese pasó de negación absoluta por el que debe pasar toda persona heterosexual, antes de aceptar que realmente no es heterosexual. Eso era realmente extraño, claro, ahora que lo meditaba era realmente extraño.

Ella simplemente se dio a la vida, aceptó que los latidos de su corazón se hacían más intensos cuando la miraba, que no podía estar demasiado cerca de sus manos, porque le gustaba mucho la sensación de su tacto. Aceptó casi sin luchar que los ojos de MoonByul la hacían ver la galaxia entera de principio a fin.

Y se dio cuenta sobre la marcha que no había mucho que hacer al respecto.

Si te gusta te gusta.

Y para Solar, lo que sentía por MoonByul ya iba más allá que un simple "gustar".

Su piel comenzó a enfriarse y eso la fue alejando cada vez más de su sueño.

—¿Solar?

Escuchó la voz de MoonByul a lo lejos, con los ojos cerrados.

—Solar

Estaba más cerca

—Hey... Solar

Sintió una mano acariciar con cuidado su rostro, parecía estar quitándole la sal de las mejillas muy de a poco.

—Solar...—MoonByul Se escuchaba cansada, tranquila más que nada— Hey, lindo Dragón. Despierta, es hora de irnos

MoonByul la llamaba así a veces, aprovechándose de que "Yong" significa "Dragón" para molestarla, sabía que no le gustaba ese nombre.

—Déjenme aquí —Dijo con un cansancio enorme— Dejen que me lleve la marea

Escuchó a lo lejos a Hwasa y a Wheein peleando, se preguntaba por qué. Quizás era porque estaba tirada en la arena, quizás era porque ya se estaba haciendo tarde. Quizás Hwasa tenía que hacer algo mañana y ella no lo sabía. Quizás le estaba quitando tiempo a su mejor amiga, tiempo que tal vez ella no tenía.

Así que se levantó de la arena y vio que estaba todo como cuando se acostó. No habían guardado nada, de hecho habían prendido una fogata a metro y medio de ella. Hwasa no se veía muy feliz y ni hablar de Wheein.

—¿Qué pasa?— Preguntó — ¿Por qué pelean?

MoonByul parecía estar pensando bastante.

—Realmente no tengo idea —Respondió.

—¿Crees que sea algo muy grave? Hwasa se ve algo ansiosa — Siguió Solar — No me gusta nada verla así

—Hmhmm — MoonByul se puso a dibujar en la arena con los dedos — Realmente te importa mucho Hwasa ¿No? Se conocen bastante

Solar detectó algo en la voz de su amiga, pero no estaba realmente Segura de qué podría ser.

—Llevo viviendo con ella mucho tiempo... Casi dos años — Dijo echándose de nuevo — Cuando ves todos los días a una persona, comienzas a conocerla y no lo sé. Supongo que ya es casi como mi familia, Hwasa es como mi hermana mayor

MoonByul sonrió sin dejar de mirar a la arena.

—Supongo—Dijo.

~~~

Este capítulo lleva más de un mes y medio guardado dfjbfjdbddjjd y es que no he tenido tiempo para subirlo, perdón por eso.

No se olviden de que los quiero mucho <3

Y como siempre, sus comentarios son muy importantes para mí, por favor no dejen de decirme si les va a agradando o disgustado el fic.

<3 nos leemos luego <3

Relatos de una letrista. [Wheesa]Where stories live. Discover now