Capítulo 44. ¿Sebastián es tu primo?.

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POCHÉ.

No podía creer las palabras que habían salido de mi boca, tal vez había sido muy directa pero esa frase había salido directamente de mi corazón, Daniela ha logrado más que cualquier persona en tan poquito tiempo, me trae completamente loca y cada vez que la veo se forma un revoltijo en mi estómago, las ganas de besarla y querer tenerla cerca son tan fuertes que no pueden conmigo, se ha vuelto una parte muy importante de mi vida que me da miedo dejarla, me da miedo que lo que estemos construyendo se vaya al carajo, que se aleje de mí. Tal vez me estaba precipitando mucho pero es lo que siento, no puedo evitarlo y llamenme egoísta, pero no quiero tenerla lejos, quiero tenerla para mí, sólo para mí, por siempre.

Sentí la mano de Daniela tomar la mía para comenzar a acariciarla con su pulgar. Me miraba atenta, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos para saber que contestar.

-No romperé tu corazón- suspiró- Si tú no rompes el mío- sonreí al escuchar sus palabras, pude sentir algo de inseguridad en ella y era entendible, su ex novio la había engañado hace tan poco que dudaba de todos, sabía sus emociones pues pasé por lo mismo pero a ella no le importó, se está entregando en cuerpo y alma confiando plenamente en mí y en mis planes no estaba arruinarlo.

-No lo haré- la miré a los ojos. Ella me devolvió la sonrisa para comenzar a comer lo que había comprado. Estuvimos por un largo tiempo conversando de todo, de nuestras vidas, de cuando éramos pequeñas y de como habíamos llegado hasta donde estábamos. Era la primera vez que nos dábamos tiempo de conocernos más, tenía la necesidad de saber todo de ella, de sus miedos, de sus ambiciones, de lo que la hacía feliz, triste, quería saberlo todo.

-¿Que hiciste para que te expulsaran de seis colegios?- le pregunté divertida mientras alzaba una ceja.

-Fui muy traviesa- dijo inocente, no pude evitar reír al escucharla- Quiero decirte algo- habló llamando completamente mi atención.

-¿Qué?- hablé ansiosa mientras tomaba la copa de vino.

-Mi padre...- habló muy sonriente- El quiere cenar contigo- soltó provocando que me atragantara con el vino que estaba tomando, fruncí el ceño luego de recuperarme.

-¿Conmigo?- tosí un poco- Yo...yo no-titubeé- ¡Qué vergüenza!- tapé mi cara con mis manos, Calle rió- ¿Le contaste de nosotras?

-No necesariamente- mordió su labio inferior- Sabe que tengo una novia solo que...

-No sabe que soy yo- la interrumpí y ella asintió.

-Pero le encanta la idea- sonrió emocionada, mientras que en mi interior estaba muriendo de nervios, desde que llegué a los Edificios Calle, el señor Germán fue un amor conmigo, tan atento, amable y una gran persona, pero no mentiré, tengo miedo, miedo al pensar que tal vez cambie de idea al enterarse que soy yo la que esta de novia con su hija.

-¿Cuándo?- pregunté.

-Mañana- dijo y de mi rostro salió una cara de temor- ¿Por qué pones esa cara?- dijo riendo, hice un puchero- No te va a hacer nada- volvió a reír.

-Por favor no me dejes a solas con él- le dije temerosa- ¡Y no te rías!.

-No te dejaré sola, lo prometo- habló divertida, rodeé los ojos para disponerme a continuar nuestra conversación.

El ambiente nos ayudaba mucho y el sonido de las olas fue la mejor música de fondo que pudimos tener.
Sin duda fue una de las mejores cenas de mi vida y espero que se vuelva a repetir.

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-Entra sin hacer ruido- me susurró Calle abriendo la puerta de su apartamento, asentí confundida esperando a que encendiera a luz pero eso nunca pasó, la oscuridad dificultaba mi caminar y fue peor cuando cerró la puerta.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora